/SHARÁ/
Leviathan, mi jinete desde los diez años, un hombre que sin duda se atrevería a morir por mi, aunque me odie con cada fibra de su alma, así como todos.
Tomo su mano mientras bajo del carruaje, observo a mi jinete quien hace una reverencia ante mi antes de soltar mi mano y cerrar la puerta del carruaje.
Ese gesto me lleva al recuerdo de la primera vez que lo conocí, nos llevábamos tan bien, éramos tan unidos, tan felices, hasta que el odio hacia mi gracias a la maldición lo consumió en una contradicción eterna, cómo actúas sabiendo que tu mente te dice que siempre has añorado a una persona pero sientes un odio repugnante de un día para otro hacia la misma?
Frente a mi hay una calle sin salida, la cual deja ver una taberna con su nombre en grande al final de esta, sin esperar más comienzo a caminar sin mirar a los lados, solo al frente hasta llegar a la puerta de la taberna, leviathan se coloca frente a mi tapando mi vista totalmente con su gran espalda, el empuja la puerta y entra en la taberna quedándose quieto por unos segundos.
Cuando decide avanzar se pone de lado dejándome el paso hacia el interior libre.
Mientras camino dentro, las personas comienzan a murmurar entre sí mientras nos miran, llego a la barra mientras presto atención a un pasillo del cual entran y salen prostitutas y hombres, la mayoría ebrios.
- le interesa pasar el rato con una de nuestras chicas? Aquí no juzgamos las preferencias de cada quien- dice al parecer la dueña del lugar en mi dirección mientras arrastra su mirada observándome de arriba a abajo con desdén.
- Hembra, te exijo más respeto ante la heredera al trono monarcal o lo lamentarás- dicta leviathan con su intimidante voz mientras está Justo detrás de mi, con sus dos metros de altura y su gran musculatura, llegando a hacer que la mujer tiemble sin poder pronunciar palabra.
- majestad- dice en mi dirección un hombre mientras se inclina y hace que la mujer lo haga también- disculpe los modales de mi esposa no fue su intención faltarle al respeto, cualquier cosa que necesite estamos a su disposición- yo giro mi cabeza a la derecha y de inmediato leviathan baja hasta tener su oído frente a mi .
- pregúntales- noto cómo se detiene su respiración y coloca sus dos brazos detrás de su espalda mientras sigue inclinado. Cómo debe sentirse eso? Odiar con ganas, quererme cerca anhelando romperme el cuello o quizá queriendo desquitar su furia de otra manera...
El vuelve a su posición principal comenzando a preguntarle al señor y a la señora si an visto a una mujer con la descripción que leviathan les da, ante la descripción ellos de inmediato reconocen a quien se refiere ya que las características de mi querida hermanita son muy distinguidas.
El hombre nos guía entre varios pasillos llenos de habitaciones muchas abiertas otras serradas pero en todas escuchándose obscenidades en todo su esplendor
Al final de uno de los pasillos nos indica que puerta debemos abrir, después de esto leviathan lo invita a retirarse, el mismo abre y empuja la puerta frente a nosotros y ahí la veo, los veo.
Vuelvo a hacer el mismo gesto girando mi cabeza haciendo que leviathan se agache hasta mi.
-quédate aquí - el asiente colocándose derecho nuevamente, quita el abrigo de encima de mis hombros y cuando avanzo cierra la puerta detrás de mi.
-que haces aquí?- Delphinus me encara poniéndose delante de mi, yo no digo palabra y ella sólo vuelve a retomar lo que estaba haciendo, hay dos cuerpos en la cama, golpeados hasta sangrar, poseen muy poca ropa y se nota que están inconscientes.
- mírame- ella lo hace- serás una reina- ella se acerca a mi - pero lo que piensas hacer es de cobardes, es mediocre, le brindas vergüenza a la corona, no estás actuando como una líder sino como una puberta indecisa, sabes muchas maneras en la que esto se aprovecharía mejor, utilízalas a tu favor solo eso vine a decirte.
- te hubieses ahorrado el viaje entonces.....
- aunque me odies, los consejos de tus mayores siempre te darán un mejor punto de vista.- con esto me doy la vuelta abriendo la puerta, doy unos pasos hasta cruzar el marco, leviathan se pone frente a mi, pasa sus brazos hasta mi espalda y acomoda de nuevo el abrigo en su posición principal, lo organiza perfeccionando cada arruga, todo sin mirarme nunca a los ojos.
Comienzo a caminar a paso rápido, mis tacones resonando en el suelo desgastado, paso entre las personas quienes se hacen a un lado cuando me ven cerca, salgo de la taberna con mi jinete detrás de mi , observo como una nube enorme comienza a cubrir los rallos solares, haciendo que las calles se vean tenues.
Subo al carruaje y de inmediato siento cómo avanzamos rápidamente, la lluvia no tarda en caer haciendo que un delicioso olor a tierra mojada inunde mis fosas nasales , los árboles enormes desaparecen uno tras otro dándome la señal de que ya estamos en los bosques cercanos al castillo, tiempo después escucho a un guardia ordenar que abran las puertas para que nos dejen pasar.
- majestad- un inca viene a mi encuentro abriendo la puerta mientras sostiene un gran paraguas en su mano, yo bajo observando a un empapado leviathan el cual está esperando verme entrar al castillo para poder retirarse.
Cuando estoy dentro veo cómo el hace que los caballos avancen desapareciendo de mi vista.
Le entrego mi abrigo al inca, luego me quito los tacones quedando descalza y por último arrojo los lentes al suelo, comienzo a caminar teniendo mi destino claro.
Después de caminar un poco por varios pasillos llego a las caballerizas avanzó hasta llegar a una alejada del resto, la abro y entro dentro, de inmediato escucho la fuerte respiración de mi caballo Orión, un percherón negro completo, lo encontré en medio de un bosque cerca de las tribus concuduadas al este, se estaba hundiendo en arena movediza calló ahí después de tratar de huir de su cuidador, el cual lo maltrataba físicamente de forma brutal, eso lo hizo ser agresivo y comportarse como un salvaje después de que ordené que lo sacaran de ahí, le tomó tiempo tenerme confianza pero ahora me es fiel sólo a mi, no hay más nadie que lo toque sin recibir una patada a menos que sea yo.
- vamos amigo- me quito los guantes junto al niqab que usaba y los dejo en la caballeriza tomo a Orión por un mechón de cabello y le hago una señal para que avance, llegamos a la parte de atrás del castillo deteniéndonos a unos metros del inmenso bosque dejando atrás las inmensas planicies de el principio.
Comienzo a sentir como las prendas se pegan a mi piel por la lluvia que moja mi cuerpo al igual que el de Orión, le hago un sonido indicándole que se acueste en el suelo , el lo hace dejándome subir en el, ahora silbo para que se ponga de pie, siento sus músculos tensarse mientras golpea el suelo con una pata indicándome que está listo, acaricio su cuello sintiendo su respiración , me acomodo sobre el y le susurro al oído un ahora haciendo que comience a correr velozmente.
Pasamos los árboles con rapidez, aguilidad y fuerza, las patas de Orión quiebran las ramas del camino y dejan un rastro de tierra mojada que se esparce, estamos acostumbrados a las formas y curvas de los árboles, sabemos de memoria que caminos tomar y cuales no , siento las gotas chocar contra mi con rabia mientras el viento hace de mi cabello un desastre, tenso mis músculos al sentir que se aproxima un árbol caído en medio del camino, Orión lo salta rápidamente y cae de nuevo al suelo para seguir corriendo, suelto su cabello dejándolo tomar el control de la situación, es como ir tan rápido como la potencia del fuego al quemar o tan rápido como un pájaro al volar.........
Esto es lo único que me hace feliz en la vida, la libertad de ir rápidamente así como ahora....
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Espero lo disfruten personitas.....
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Reina Monarca
AcakLa Reina más temida y respetada de toda la historia se sienta en el trono... Es tal su poderío que el pueblo le es devoto y la iglesia comenzó a plasmar sus hazañas en libros.... Volviendo la una leyenda... Producto de la intriga de todos ya que nun...