III- Guisantes

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UN FIN DE SEMANA ANTES DEL REGRESO A CLASES...TERECERO DE BACHILLERATO

Estaba vistiéndome para una fiesta organizada por nuestra compañera Olivia, vivía a unas pocas cuadras de nuestro departamento, me comentó que sería una fiesta de despedida del verano. Maddy me aseguró que sería algo tranquilo, pero junto con Verónica ellas fueron las encargadas del alcohol así que no estaba muy segura de ello, me relajé en mi cama cuando abrí mi celular para ver la hora, ya eran más de las 8, Olivia me dijo que llegara temprano, pero no sabía ni para qué lo intentaban si sabían mi impuntualidad, con toda la calma del mundo agarré mi bolso de maquillaje, me distraje por un momento buscando mi labial rojo cuando mi celular empezó a sonar.

Mamá <3 llamada entrante...

—Hola, Mamá— Respondí mientras ponía el altavoz.

—Hola, mi niña, ¿Cómo estás? ¿Qué haces?

—Bien ma, estoy arreglándome para una reunión— respondí con una mueca por mis últimas palabras esperando su pequeño sermón.

—Con "reunión" supongo que te refieres a una fiesta... — replicó mi madre.

—Es pequeña no te preocupes.

—Scarlett, no tomes demasiado y no conduzcas si lo haces— Había cambiado el tono en su voz.

—No lo haré, tranquila – Le aseguré poniéndome el rímel.

—Y por favor, piensa bien antes de hacer lo que pienses con un chico— Ya empezaba a adoptar esa entonación de regaño suya.

—Entonces supongo que tú nunca hiciste nada indebido en las fiestas— Me empecé a reír un poco, luego solía ser muy sarcástica con mi madre y a ella no parecía molestarle.

—Mírate en un espejo y tendrás tu respuesta— Mi madre me respondió y ahora me la había regresado, sonreí un poco y negué con la cabeza.

—Tengo que darme prisa, cualquier cosa, te mantendré informada, ¿bien?

—Claro, cielo, sabes que aquí estoy para ti— Mi madre siempre cambiaba su humor rápidamente, ahora, en su voz gozaba el cariño maternal de cualquier progenitor responsable, ella colgó el celular y yo solo me enfoque en arreglarme más rápido.

Esta vez me fui caminando a casa de Olivia, no hacía mucho frío, era muy inusual de New York que siempre tiene temperaturas bajas, eso me alegro, ya que olvidé mi abrigo en casa, y la falda negra de cuero que está más corta de lo que recordaba, no ayudaría si hiciera el frío que acostumbra está ciudad. También tenía puesto un top blanco corto y unas botas de tacón negro. No solía vestirme así, pero los últimos años tuve un cambio drástico de personalidad, me volví más extrovertida y más segura, o al menos cuando llevo alcohol encima, aún estaba sobria pero no por mucho...

Miré la hora en mi celular casi daban las 9 así que aceleré un poco el paso, al estar afuera de su casa, un chico rubio, alto y con chaqueta negra paso delante de mí, antes de que cerrara la puerta corrí apresuradamente y casi le grité —No cierres, no cierres— él me escuchó y no cerró la puerta, le agradecí y entre a la casa, me sorprendí al ver mucha gente ahí, Olivia era muy cuidadosa con las personas que invitaba a su casa, pero qué más daba, era el último fin de semana.

Entré a la casa y mis amigas rápidamente se acercaron a mí, todas tenían un poco de enojo en esa bella cara — ¿En serio, Scar? Una hora tarde...— Dijo Maddy con el ceño fruncido. 

—No no, ustedes ya sabían que iba a llegar tarde, además son las nueve, es temprano— me excusé acercándome al bar improvisado que estaba afuera de la cocina, tomé un refresco, le puse ron y hielos, me acerqué de nuevo a las chicas.

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