┃ : 𝐒olo tienen suerte 𝘯𝘪𝘯̃𝘢...
Pronto entenderás lo que
hacemos, el porque es
importante todo esto, y lo que
significa para el mundo., y
cuando lo hagas, estarás
agradecida de estar de nuestro
𝘭𝘢𝘥𝘰.
: 𝐓...
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BELLA
Me encontraba comiendo con los compañeros de mi laberinto, ya era rutinario, despertar, bañarse, ir al comedor, hacer estudios, cenar y dormir. Acabamos de llegar hace poco menos de dos semanas, pero en el tiempo que llevamos, siempre hacemos lo mismo, y aunque agradeciera que no se hayan llevado a más de mis compañeros, no quitaba el hecho de que en mi mente siempre estuviese presente la preocupación del como y cuando íbamos a salir de este lugar.
Al igual que las pesadillas, siempre están presentes desde que llegué al lugar, desde que comenzaron a hacerme "estudios" siempre soñaba con algo diferente, comencé a sospechar que tal vez serían recuerdos, pero descarté la opción, ya que en mucho de los mismos, me veía a mi misma trabajando para CRUEL pero se que eso sería imposible, nunca apoyaría a estas personas que asesinaron a mis amigos, y nos dejaron encerrados, jamás lo haría.
¿Cierto?
— Bella me estás escuchando? — me preguntó Aris, unos de mis compañeros del laberinto, el me había salvado más veces de las que puedo recordar, es por eso ue lo quiero tanto como a un hermano.
— Eh? — le pregunté desconcertada, no había escuchado nada de lo que mis amigos habían estado hablando.
— Te preguntamos si deberíamos de hacerlo. — me dijo Sara viendome divertida, siempre solía ser distraída, pero había veces como esta, en donde me perdía de cosas importantes.
— Hacer que? — ambos rieron, mientras me veía entre decepcionados y divertidos.
— Si deberíamos mostrarles los ductos. — me respondió obvia. Mi cara cambió a una de asombro y deje de cortar los pedazos de carne de mi plato.
— A quién?! — pregunté exaltada. De verdad tenía que mejorar mis problemas de audición y atención.
— Cállate Isabella!! — me dijo regañándome por mi grito — a los nuevos, fueron a los que vimos en el laberinto, lo recuerdas? — dijo agachándose un poco, para que solo pudiese escucharlo yo.
— Son los del grupo A? — pregunté de la misma manera que el, mientras volvía a cortar mi comida.
— Si, son los que vimos en el área, creo que ahora están en el ala medica, Sara y yo los vimos llegar a noche. — yo los miré, tratando de pensar en algún plan.
Ciertamente, ellos acababan de llegar, seguramente estaban cansados, agotados y hambrientos, tal y como nosotros cuando llegamos, y seguramente, tan traumatizados de igual manera. Pero sabía que si no hacíamos algo, corríamos el riego de que se llevaran a uno de nosotros o a algunos de ellos.
— Estaría bien, es solo que... — el sonido de la puerta nos interrumpió, a lo que todos desviamos la vista a esta.
— Mierda, son ellos — nos dijo Sara, mientras veíamos como cuatro chicos entraban al comedor. Reí un poco, tenían cara de no haber visto a otras personas en su vida. Alto, nunca lo habían hecho.
