┃ : 𝐒olo tienen suerte 𝘯𝘪𝘯̃𝘢...
Pronto entenderás lo que
hacemos, el porque es
importante todo esto, y lo que
significa para el mundo., y
cuando lo hagas, estarás
agradecida de estar de nuestro
𝘭𝘢𝘥𝘰.
: 𝐓...
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— Alice... Mary, Walt, Edgar, Samantha — uno por uno los jóvenes se fueron levantando de sus mesas, dirigiéndose ansiosos al hombre al frente, bajo la atenta mirada de cierto pecoso de cabello alborotado y sus cuatro amigos.
— Que habrá en ese cuarto...? — preguntó finalmente el castaño. Sus amigos voltearon a verlo, ya esperaban esa pregunta, puesto que conocían a su amigo, era curioso.
" Aron... "
— Ya habíamos hablado de esto, tu me dijiste que estaban tapados, no sabes que viste — le respondió el rubio — y si fue otra cosa? — fruncía el seño en señal de desaprobación.
" Denisse "
— Yo sé lo que vi, eran cuerpos. — aseguró Thomas.
" Sally "
— Aris e Isabella dijeron que todas las noches traen a nuevos... — lo vieron con los rostros confundidos.
— Y quién son ellos? — preguntó el asiático.
Thomas señaló hacia enfrente, todos voltearon buscando a esos tales Aris e Isabella, que traían a los pensamientos del pecoso alborotados, y a dos mesas de ellos, se encontraban un grupo de chicos, señaló a los dos del centro, una castaña de cabello poco más abajo de los hombros, y un rubio muy delgado, al verlos, el asiático levantó una ceja.
" Henry, Tim "
— Ah ya vi quiénes son — dijo el en un tono burlesco.
Uno de los chicos miraba un pan en su mano como si fuese la cosa más interesante del mundo entero, mientras que la chica, miraba el mismo pan, solo que señalándolo, ambos parecían estar demasiado metidos en el pan.
El rubio se burló, riéndose levemente, pero al instante lo hizo pasar por un pequeño ataque de toz.
— Y para terminar... Asher — dijo el hombre al frente. Los chicos se dirigieron al frente, y se posicionaron detrás de Janson, que miraba a todos con una pequeña sonrisa. — Gracias por su atención, sigan cenando. — Todos aplaudieron y siguieron comiendo, riendo y hablando con sus amigos.
Los chicos se miraron unos a otros, estaban preocupados, tal vez muy por dentro si sabían que las cosas no iban muy bien, pero el tener tantas oportunidades, el tener una buena comida, lugar dónde dormir, tal vez los cegaba a sobremanera.
— Mira Thomas, hasta que no estemos seguros no hay que hacer nada, no sabes si esos chicos son de confian-
Un fuerte golpe su escuchó en todo el comedor, algunos gritos ahogados se escucharon y el grito de una chica. Rápidamente todos voltearon preocupados.
— Mierda... — se quejó el asiático.
— Thomas espera!! — gritaron el rubio y el moreno a su amigo, que se levantó furioso al ver la escena.
