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Oye y si te digo que ella no quería tener esas cosas llamadas sentimientos porque sabía lo que venía despues de eso, conocía del dolor y sufrimiento, pues ella y el sufrimiento no iban exactamente de la mano. Se había resignado a vivir sola junto con sus gatos e insectos, no le quedaba de otra. No se consideraba para nada carismática, ella era de las que mostraba siempre una sonrisa, pero eso no demuestra ser feliz. Y sí, llegó la luz un día. Pero no, no es la historia que el caballero llega y se queda enamorado de ella y viceversa. Para ella, él fue su luz que hizo que se quisiera un poco más así misma. Porqué para querer a alguien, uno tiene que empezar a hacerlo.

Se había cansado de sus padres, de su familia y de la vida. Cuando ella lo recordaba, sentía que algún día tendría que llenar ese espacio a la derecha de su pecho, pues ahora hasta telarañas habría. Pero que puedo decirles ella tiene siempre tanta suerte que le suceden cosas inesperadas en momentos menos pensados. En la posada donde ella descansaba, se encontraba el joven que tanto pensaba. Se hallaba sucio, y con múltiples heridas alrededor del torso. Le pidió ayuda, ella se la dió.









«Hola, y adiós»

I'm a mess.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora