XII

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A lo lejos se notaba un chico. Ya era noche, por lo cual era extraño ver personas caminando por las calle. Tocó el timbre. Nadie respondió. Volvió a tocar. Se prendió una luz y la reja se abrió.

Un casi inaudible «pasa» de un parlante sonó. Ingresó a la casa descorcentado.

Divisó una puerta demasiado grande junto con una abertura.

-¿Amanda?

-Amanda responde porfavor.

Ella tenía que ser fuerte, simplemente tenía que ser ella.

-Si Jay, ¿necesitas algo?

A ella le pasaba algo pero él era demasiado ciego como para notarlo.

-Llegué en un mal momento, ¿no es cierto? Bueno, en el caso que lo fuera... Mañana en el parque a las cuatro. Ya sabes que hacer Am.

-Ya me cansé de fingir Jay. Vete ahora. Mentiste muchas horas, muchos días, muchos meses. Nuestra amistad o lo qué teníamos termina aquí. Adiós y buena suerte.

Un hombre moreno vestido de guardaespaldas se acercó a mi, con un gesto me mostró la salida. Yo no podía entender, pero tampoco iba rogarle perdón.

I'm a mess.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora