Always looking for you-Lando Norris

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En silencio, desde su asiento, Victoria observaba a un niño ruidoso que hablaba con mucha gente.

Llevaban en el mismo curso desde que tenían 13 años y aún así, nunca habían intercambiado más de 3 palabras.

Aunque, por supuesto, eso no implicaba que, tres años después, Victoria no supiera bastantes cosas de él.

Entre esas cosas, la chica se atrevía a destacar, que no le gustaba pegar palo al agua. Y, la razón por la que solía medio "vigilarlo", le gustaban mucho los coches.

Desde luego, ser piloto de carreras siempre sería el sueño frustrado de Victoria. Sus padres ya tenían que apretarse el cinturón para pagarle el instituto. Así que, la chica nunca se atrevió a mencionar ese estúpido sueño de niña pequeña.

Un ruido estridente hizo que Victoria se sobresaltara. Una silla había volado prácticamente hasta darle en la cara y luego había impactado, casi rompiendo una baldosa del suelo.

No fue hasta unos segundos después de salir del shock, que se dió cuenta que su brazo izquierdo no había tenido tanta suerte como su cara.- Pero sois imbéciles, o qué?!- Victoria se levantó de su sitio rápidamente mientras un muy probable hematoma empezaba a formarse en su brazo.

El grupito del chico de los coches se estaban riendo como si no hubiera un mañana mientras se disculpaban y se excusaban.

La chica no se quedó a escuchar más disculpas y se dirigió hacia la enfermería.- Señora Jones, los burros de mi clase me han lanzado una silla.-

Una señora bajita y con ya bastantes años de trabajo marcados en sus facciones salió de detrás de una cortina y sonrió a Victoria.- Pasa cariño, déjame que le hecho un vistazo.-

La muchacha se sentó sobre un taburete y le extendió el brazo a la anciana- Vaya golpe más feo... Voy a ponerte una crema y te lo vendaré, vale?-

Para cuando Victoria salió de la enfermería, todo el mundo ya se había ido al descanso para comer.

Maldijo para sus adentros y corrió lo más rápido que pudo a su clase, rezando por que estuviera abierta. Ya que, sino, se quedaría sin dinero con el que comprar su comida.

El mundo se iluminó de color y Victoria se rió de alegría al ver la luz encendida del aula. Y, entro felizmente para recoger su dinero.

-Si continuas así, vas a suspender mi asignatura. Nunca haces las tareas. Necesito que pongas también de tu parte...- El profesor de historia estaba regañando al "niño-coches" cuando la Victoria entró a clase.

Al momento, Victoria se puso roja de vergüenza. No pensaba que quedara alguien en clase. Y mucho menos, que le estuvieran regañando.- Lo siento muchísimo señor Smith... No sabía que había alguien.-

-Victoria... No te preocupes, yo ya he terminado aquí. Cuando salgáis de clase, apagar las luces y cerrad la puerta.- Sin nada más que añadir, el profesor salió del aula.

La chica se encaminó hacia su mochila mientras el más alto la miraba fijamente.-Pues sí que te ha echado una buena regañera...-

-Perdona? Qué has dicho?- Tal vez no había sido la mejor idea decir eso, pero sin duda, Victoria seguía enfadada.

-Lo que oyes. Eso si a parte de tonto, no eres sordo.- La chica se levantó con su dinero en la mano y se giró hacia el moreno.

El más alto resultó ser bastante ágil. Así que, Victoria se chocó contra su pecho.- Victoria, no? Mira Viki, veo que te crees muy graciosilla. Pero, no estás en posición de hacer bromitas. Te crees que no me doy cuenta de como me vigilas siempre? -

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