⪼Ñartantel
Pido disculpas al lector por adelantado pues posiblemente pierda una porción de su valioso tiempo leyendo solo las letras de un hombre cuya cordura se encuentra ya perdida hace tiempo.
Pero en caso de que no sea este el caso entonces pido disculpas una ves mas pues mostrar a la luz algo tan horrendo no puede sino traer mal a aquellos que tengan la misma habilidad que yo para lo que este tipo de “asuntos” concierne.
Como toda historia inicio con un hombre normal con una vida aburrida y común, ese era yo, pero pronto la curiosidad por el desarrollo de una parte olvidada de nuestras capacidades como seres humanos, me llevo pronto a que esa vida tan “normal” se viera interrumpida por la demencia.
En mis constantes visitas a rincones sombríos donde algunos aseguraban que solo los locos y aquellos que buscaran algo completamente alejado de este mundo, se atreverían a pisar.
Pronto me hice de un nombre entre los innumerables personajes oscuros de este submundo pero sin lugar a dudas no fue un buen nombre, la práctica de la necromancia y mi habilidad de profanar sepulcros me distinguía por sobre la mayoría de aquellos que llevaban la práctica de tales ritos solo por un interés monetario o pervertido a su manera.
Yo no buscaba placeres carnales, ni tampoco el poder político o económico, yo perseguía el verdadero poder, la capacidad de crear y destruir todo lo que me fuera posible dentro de mi infinitamente insignificante existencia.
Miles de libros,cientos de personas y nadie sabia nada, es como si aquellos antiguos conocimientos se hubiesen quedado olvidados por razones que en ese momento no conocía.
Tarde en el camino de mi vida tras derrochar toda en inútiles intentos, por fin me vi recompensado, en mis manos tenia no solo los escritos de una antigua y excepcional mujer, ella se encontraba en un cementerio sin marcas que un anciano me había indicado se encontraba cerca de las grandes calles de la ciudad de las luces.
Esta mujer fue enterrada junto con todo su conocimiento, esperando por eras a que yo la encontrase, y gracias a sus escritos no obtuve solo un montón de papeles, sino también conseguí obtener su saber por medio de un sencillo ritual que implicaba devorar sus restos.
Tras hacer eso, el conocimiento del mundo antiguo me pertenecía, mis ojos podían ver todo con mas claridad, el poder diminuto de cada ser se podía extraer, pero pronto comprendí mi gran error, gracias a la gran sabiduría de aquel ser que algún día fue una mujer hermosa, me di cuenta que ella en verdad me había estado esperando, ella quería que yo la encontrara, pues el conocimiento debe ser transmitido por las eras, pero el cuerpo, el receptor, no puede durar tanto tiempo, incluso las almas mueren, pero la voluntad jamas.
Su voluntad era darme ese saber, no a mi sino a alguien digno, pero en su tiempo no existía nadie con esa facultad, y el tiempo no significa nada para los muertos, pronto me di cuenta que ya no era mas humano, mis extremidades ya no eran solo cuatro, mis dientes podían contarse en millares, ya no era mas humano, ya no estaba en mi mundo, sino en varios, a veces matando por comer, otras solo por matar, a veces recobrando mi forma humana, otras ya no se ni siquiera que soy, solo soy una bestia efímera, amorfa, una aberración, a veces vuelvo a este mundo, solo para verlo morir, he vivido millones de eras, y aprendido miles de idiomas, incluso este, posiblemente mi cuerpo no sea inmortal, pero he vivido en muchas criaturas, nosotros hemos sido creadores, a veces destructores, casi siempre Dioses, pero realmente somos todo…
Cada mucho tiempo escribimos esta historia, a veces mas corta… a veces mas larga… pero el final es el mismo...
“Nunca sabrás quienes somos nosotros, pero deberías llamarnos Ñartantel.”

ESTÁS LEYENDO
"𝕷𝖊𝖙𝖗𝖆𝖘 𝖖𝖚𝖊 𝖗𝖊𝖋𝖑𝖊𝖏𝖆𝖓 𝖒𝖚𝖊𝖗𝖙𝖊"
HorreurEsta historia te llevara por un mundo repleto de terror y misterios En el mundo existen miles de mitos y leyendas tanto urbanas como creepypastas de los que nunca has escuchado y que ni remotamente te imaginabas que existian.