Fate: Hotel Chaldea

Capítulo 8: Ep. Oui

Ser llamado por el Maestro de Caldea por cualquier motivo siempre fue una experiencia diferente a la anterior. Realmente nunca podrías saber qué esperar. A veces tenías que realizar una salida de emergencia porque eras el tipo que conocía a las personas adecuadas en los lugares correctos, o mejor dicho, podía encontrar a dichas personas, y otras veces te llamaban solo para preguntarte qué tipo de cortinas preferías.

Sólo había una cosa que era universalmente constante, y era que ni una sola vez habías sido convocado por el Maestro de Caldea y no la sorprendías vestida provocativamente, o no completamente vestida.

Hoy no fue diferente y te recibió en la sala de recreación de esta ala de Chaldea. Aparentemente, alguna vez había sido una sala de juegos normal, con billar y demás, pero eventualmente se había convertido en una especie de lugar parecido a un casino, con mesas de varios tipos diferentes de juegos de cartas y una gran mesa de ruleta.

Era muy popular, y se podía ver a muchas personas por ahí, muchas de las cuales ni siquiera usaban los servicios de Chaldea como hotel o sus, ah, servicios secundarios, simplemente venían por el Casino.

Como era de esperar, como alguien con ese nivel de Carisma, la Maestra dominaba la sala, dominándola con su presencia. Llevaba un vestido de cóctel de un azul muy oscuro, casi negro, y un rastro de hombres sonrientes la seguía. Reconoció a varios de ellos, políticos poderosos y casados.

En este punto también podías entender un poco el humor y la fantasía de la Maestra, y sabías que ella tenía poco interés en los hombres detrás de ella.

En cambio, ella te notó y, con una cálida sonrisa, se acercó a ti, balanceando sus caderas mientras caminaba. "Ah, ahí lo tiene, señor interno", dijo, dándole una leve sonrisa. "Te han solicitado. Te invitaría a tomar una copa para celebrar, pero me encuentro ocupada", dijo y luego le guiñó un ojo.

Ella no bebió. Siempre afirmó que era "demasiado joven", pero no le importaría que mintiera sobre su edad, considerando cómo mantuvo oculta su identidad en general.

"¿Me han pedido?" preguntaste, mientras tu cerebro se daba cuenta de eso. "Pero, ah, yo-yo no-no entiendo, ¿qué está pasando?"

"Como dije, te han solicitado. Una de las chicas ha solicitado tu presencia para trabajar para ella como modelo", dijo distraídamente. "Parece que ella te vio de pasada y se inspiró para dibujar tu retrato".

Te encogiste de hombros. "¿Supongo que puedo hacer eso?"

No es la cosa más extraña que hayas hecho al servicio de Chaldea y, bueno, si te importara modelar en este momento, probablemente no encajarías bien en este lugar.

"Bien, incluso genial", dijo con una sonrisa. Luego miró a su alrededor, luciendo un poco preocupada por un segundo, antes de agitar la mano, y otra mujer, esta una rubia muy voluptuosa, con el trasero más escandaloso que hayas notado en bastante tiempo, vestida con un conejito muy sexy. Se acercó el traje de niña.

"Ah, ¿llamaste, Maestro?" dijo la mujer, con sus brillantes ojos azules mirándote. "¡Oh, hola, creo que te he visto por ahí! ¡Mi nombre es Bradamante, debes ser el nuevo interno!"

"Ah, sí, yo... bueno, ya no soy tan nuevo", dijiste, un poco avergonzado por la atención, especialmente cuando te diste cuenta de que los hombres que seguían al maestro estaban literalmente babeando al verla.

"Bradamante, por favor acompáñalo a la habitación de Hokusai."

"Pero, mis mesas-"

La maestra negó con la cabeza. "Se solucionará. Sólo apúrate", dijo.

Ella te miró. "Sígueme entonces, ¡tendremos que ser rápidos!"

De hecho, fuiste muy rápido. Tus ojos estaban pegados a sus glúteos perfectamente formados, apenas cubiertos por su ropa, mientras te conducía a través de los laberínticos pasillos de Chaldea hasta una de las áreas que no habías visitado mucho: el rincón de los artesanos. Chaldea también hacía obras de arte de alta calidad, de todo tipo de disciplinas, y aquí abajo se podían encontrar músicos, pintores y escultores increíbles.