Primer día y ya quiero salir corriendo.El Centro de Entrenamiento queda ubicado en un nivel subterráneo de la Torre de Tributos y la sala principal es un gimnasio que más bien parece armería. Fue Sienna quien nos escoltó en el corto viaje de ascensor ya que a Finnick no lo vi por ningún lado esta mañana y cuando le pregunté a nuestra acompañante me respondió de una forma poco amable: «—Tiene deberes más importante que cumplir, acostúmbrate»
Atala, la entrenadora en jefe explica los horarios y reglas de entrenamiento mientras todos los Tributos estamos reunidos a su alrededor en un círculo tenso. Podemos entrenar en la zona que queramos siempre que eso no interfiera con el entrenamiento de los otros y está prohibido pelear entre nosotros; si queremos prácticar la lucha cuerpo a cuerpo tenemos asistentes a nuestra disposición.
Hay algunos mentores merodeando por ahí, aconsejando a sus tributos supongo, una muchacha de cabello largo y oscuro recogido en una coleta habla con otro mentor de anteojos hasta que ella rueda los ojos pareciendo exasperada.
—Ay, ya cierra el pico Voltios, mejor vete a molestar a Majara. Shu, shu—y lo espantó moviendo las manos como si estuviera echando a un animal. No pude reprimir una pequeña carcajada en ese momento al notar esa cómica interacción entre mentores. La chica lo notó y miro en mí dirección. Frunció el ceño y cuando me encogí de hombros de forma inocente la pude ver reprimir una sonrisa y luego guiñarme un ojo. Al seguir su mirada noté que se enfocaba en los del 7, por lo que debe de ser su mentora.
Las piezas en mí cabeza se unen con un click. Mentora joven, Distrito 7. Johanna Mason.
Siento algunas miradas sobre mi, creo que llamé la atención más de lo que debería pero no le doy importancia y repaso con la mirada a los demás tributos. Los del 1 y el 2 parecen ser los mayores junto conmigo y Han, en especial el chico del 2, se ve más fuerte y fornido que el resto de nosotros, los del 7 se ven más jóvenes pero lucen fuertes, me quedo casi hipnotizada al ver a la tributo del 9; es una niña... Aparto la mirada cuando todos comienzan a dispersarse, no me di cuenta de en que momento terminaron las instrucciones.
Recorro las estaciones con la mirada y me encamino hacia dónde están las de supervivencia, pero antes de que pueda llegar choco con algo, o más bien con alguien, que me sostiene del brazo evitandome la caída.
—Lo siento, princesa—se disculpa con una sonrisa el chico de cabello azabache, piel oliva y ojos de color gris pálido, es bajo de estatura pero parecemos de la misma edad, supongo que lo somos. Me fijo en el número prendido en la manga de su camiseta: 12.
—Descuida—hago un ademán restándole importancia, lo cual él acepta asintiendo y cada uno sigue su camino en direcciones opuestas.
Paso a la primera estación en dónde me recibe el instructor que parece feliz de tener alguien a quien enseñarle ya que todos los demás parecen muy concentrados en las armas como para tomarle importancia a algo más. Seguí atentamente sus indicaciones y para la hora del almuerzo ya sabía clasificar bastantes plantas, incluso llegué a reconocer algunas como venenosas sin necesidad de que me lo dijeran, lo cual incluso a mí me sorprendió porque no recuerdo haber visto nunca ese tipo de plantas en el distrito; eran plantas de bosque, según el instructor.
—¿Puedo sentarme?—levanto la vista encontrándome con unos ojos grises que piden permiso.
El chico del Doce sostiene la bandeja de su almuerzo en ambas manos y sonríe de forma amable.
Asiento un poco desconcertada y mientras él se sienta paso la mirada por nuestro alrededor. Hay varias mesas vacías.
—Lucias muy bien en el desfile—comenta amable luego de varios minutos de estar comiendo en silencio.
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My Angel From The Sky (Finnick Odair, Octavia Blake)
FanfictionDespertar es algo común, cotidiano y que no debería presentar mayor complicación. El problema es despertar sin recuerdos. Una chica salida de la nada, acogida bajo la protección del Chico Dorado. Via, como se ha llamado, ahora debe adaptarse a una n...