YULIA
Por supuesto que para ella un libro no era caro, tenía dinero, demasiado para ella sola, estaba segura de que la señorita moriría siendo vieja y no se lo acabaría nunca, si es que le seguía yendo bien en los negocios.
Como era de esperarse, la señorita tenía una nueva amiga con la cual entretenerse, lo que me parecía raro es que Dasha, era como si la hubiera estado esperando la salida de la iglesia. Desde que empezaran a hablar no pararon de hacerlo y la señorita se mostraba otra vez feliz de tener a alguien con quien hablar de cosas a fines, ya que yo, no había viajado y tampoco sabía leer. Era como si fuéramos de mundos diferentes, aunque viviéramos en el mismo.
A pesar de todo y de mi tristeza por no estar a su altura, me alegró que volviera a encontrar a alguien con quien pasar el rato.
Cuando la vi parada en la puerta de la casa, no imaginé que realmente fuera a venir a visitar a la señorita, conociendo como era la gente en el pueblo, estaba segura de que ya le habrían contado cosas de ella, pero al parecer si era así, a Dasha no le había importado, porque allí estaba, brindándome una sonrisa.
Debo admitir que, aunque no me gustara que hubiera otra vez una persona ganándose a la señorita, Dasha parecía diferente a las demás, al menos, no era pretenciosa y grosera conmigo.
― ¿Se encuentra la señorita, Lena? ― preguntó.
―Sí, señorita. Pase, en un momento le aviso que ha venido a visitarle.
―Muchas gracias.
Cuando le dije que Dasha había venido, los ojos de la señorita brillaron y sonrió de oreja a oreja, para enseguida salir a su encuentro, ordenándome que les llevara té y galletas.
Una vez que les serví, las dejé solas, pero solo me escabullí en las sombras de los pasillos de los empleados para escuchar su conversación. No hablaron nada interesante, solo de libros y al final terminaron en la biblioteca, así que yo ya no pude seguir espiando, debía de seguir con mis obligaciones, aunque intuía que la señorita, caería enamorada de Dasha.
Como me lo esperaba, la señorita y Dasha salían a menudo a pasear al pueblo y los domingos iban a misa. Después de eso, iban a comer nieve, miraban las palomas comer, al final de la tarde volvían a casa y yo junto con ellas. Esto se convirtió en una rutina, la señorita perdió todo contacto con sus antiguas conocidas y no fue invitada a las bodas de Irina y Tanya. Pero ya esto para la señorita no era importante, ahora solo le importaba Dasha.
― ¿Cómo me queda este vestido? ― me preguntó un día en que la habían invitado a cenar en casa de Dasha.
Me tomó por sorpresa su pregunta, ya que hacía mucho, desde que me golpeara, no había cruzado palabra con ella, ni ella conmigo. Solo se había limitado a darme órdenes como patrona y empleada. Así como yo, que únicamente miraba y me quedaba callada, y si debía hacerme sorda o invisible, también lo hacía, yo no era nadie.
La señorita me miró a la espera de una respuesta, así que yo levanté la vista y la observé.
Yo que podía decir, de mi corazón nacía decirle que era hermosa, que ese vestido no hacía más que resaltar sus encantos. Pero como una simple criada, me limitaba.
―Se ve muy bien, señorita.
Ella se volvió a mirar al espejo.
―A ti que te pregunto, que ni siquiera sabes nada de la moda o de buen gusto.
Podría no saberme los colores, pero si sabía cuándo alguien era hermosa y ella lo era pese a su arrogancia y su altivez.
Como era de esperarse, acompañé a la señorita a la cena, pero yo no me senté a la mesa con ellos, me enviaron a la cocina en donde se encontraban dos empleadas más, las cuales no cruzaron palabras conmigo, ni yo con ellas, solo nos limitamos a comer en silencio.
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Fidelidad y Sentiemiento (Adaptacion t.A.Tu. +18 suave)
FanfictionLa historia se desarrolla en los años de 1895, en un pueblo cercano a Moscú en el cual vive Elena Katina. Una joven mujer rica y lesbiana que organiza fiestas en su casa e invita a otras mujeres que son como ella, para que se diviertan en la privaci...