El deseo del sicario

Extra 2: Viaje Del Soñador

El viaje era largo, mew tomó una enorme carpeta y un bolso con dinero que sacó del banco con la intención de remunerar a los que estuvieran pasando un tiempo difícil, gulf tomó varias maletas de cosas pensando en las fichas familiares que mew manejaba y emprendieron el viaje.

El barco tardaría dos días en llegar, decidieron llevar al bebé porque así podrían tomar esto como parte de tiempo en familia.

—¿en verdad es toda la isla? ¿Cuanto ganabas en ese trabajo? Es para una tarea.

Mew sonrió, termino de quitar su camisa, había ido a revisar al bebé a la pequeña habitación en la cavina. Miró al omega qué observaba solo en bata de baño el mapa y las anotaciones.

—mucho, compre esa isla con otras intenciones... —dejo de hablar de repente.

Gulf levantó la mirada y una ceja.

—¿le ibas a dar una isla a esa mujer?

—no es así, quería huir de esa vida y pensaba ir con ella.

—mejor que no paso, le diste un buen uso, si necesitas una isla para que huya os porque obvio huiras conmigo, aunque huyas de mi, nos robamos una isla, que tanto problema puede ser...

—¿por qué huiria de ti? —mew se acostó sobre el omega, acarició sus piernas y beso su nuca —cuando quiera huir, lo haré contigo... Así haces otro tipo de tareas conmigo.

—solo quieres mi cuerpo, ya se que soy irresistible pero por favor.

—¿no Quiere? —habló con voz ronca contra el lóbulo de su oreja.

El cuerpo de gulf reconoce esa voz, cuando mew se excitada comienza a hablar ronco y profundo, estiró su mano y agarró la cabeza del alfa sintiendo como este empujaba su pelvis contra su trasero.

—claro que quiero...
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El viaje en barco fue largo y agradable, llegaron a una caleta de pescadores y siguiendo instrucciones llegaron a un hombre que los llevó en lancha hasta la isla. Mew disfruta mucho ser padre aunque las demás personas que los conocen no imaginaron que fuera un hombre tan devoto, siempre está con su hijo y le enseña todo lo que ve con mucha dedicación, gulf siente el pecho lleno de sensaciones agradables y como no.

—deberías darme más hijos... —soltó de repente, mew sonrió y dejó caer la cabeza hacía un lado, la mano de su hijo acariciaba su mejilla mientras el anciano en la lancha sonreía viéndolos y escuchando su conversación.

—ya vamos a tener más bebes... —acoto mew y miró avergonzado hacia el frente.

El anciano de la lancha les señaló que se aproximaban, gulf tomó su pequeña mochila y mew con su hijo en brazos también tomó el bolso de viaje y ambos bajaron las dos maletas de regalos que ambos llevaban. Bajaron en un pequeño muelle, le dieron dinero al anciano qué se comprometió con volver en tres días cuando le tocará venir a dejar la comida a los habitantes de la isla, al menos era buena señal saber que alguien llevaba la despensa y cosas necesarias a las personas de ahí.

Caminaron por el muelle disfrutando de a brisa marina, gulf creyó qué esa isla era hermosa y se notaban a lo lejos las pequeñas cabañas muy cómodas.

—tenemos que llega arriba.—Señalo mew.

Comenzaron a caminar por un camino de tierra cuesta arriba, el clima es cálido pero la brisa no tanto, llegaron cerca de 30 minutos después a una especie de villa.

Se escucho el ruido de risas y todo el bullicio de niños, mew se sorprendió de lo mucho que esa pequeña isla cambió, la comunidad ahí se notaba llamativa y más grande, las cabañas bien hechas a diferencia de como eran en un principio, parecía haber otras construcciones, nada grande como en una ciudad pero si parecía un pueblo.

Un aroma agradable a carne asada estaba por todo el lugar y desde atrás de  una casa más grande que las demás, que decía simplemente "escuela" salía mucho humo.

—¿mew? —una voz infantil sonó detrás de ellos. Un niño de unos 12 años cargaba una enorme bandeja con carne y verduras.

Gulf lo miró y sonrió, mew trato de pensar en quien podría ser aquel niño, habían pasado años desde que estuvo ahí y mucho tiempo desde que dejó a la última familia en ese lugar.

—¡papá, mew vino a vernos!

Del fondo, desde donde estababel bullicio, apareció un hombre mayor con un mandil de cocina. El hombre sonrió y suspiro.

Volvió a desaparecer y desde atrás junto a él comenzó a aparecer más gente.

Rodearon rápidamente a Mew, muchos rostros habían cambiado, hombres que parecían haber vivido un infierno, ojos cansados y cuerpos delgados, ahora eran coloridos, con sonrisas y ese aspecto relajado.

Lo llevaron al lugar donde estaban haciendo una gran parrillada, habían nuevos integrantes en algunas familias y también los niños ya eran más grandes, todos estaban diferentes y se notaba qué vivían bien.

—¿Es tu esposo?

—gulf, es mi pareja... Y nuestro hijo.

La anciana qué pregunto esto, pidió tomar al niño y gulf de inmediato accedió.

—pensamos que nunca te volveríamos a ver, no sabíamos como agradecerte, siempre nos envías dinero pero es mucho y no necesitas hacerlo

Mew con algo de timidez extraña en él los vio a todos.

—para poder verlos necesitaba cambiar mi vida... Los saque de su vida y los traje aquí.

—todos nosotros teníamos muchos problemas, nuestras familias pasaban necesidades y estábamos en peligro, nos salvaste y nos diste todo esto.

Otro anciano que tenía un tenedor en su mano señaló todo el lugar.

—una nueva vida. —completo. Mew miró al rededor y todos parecían estar de acuerdo con eso.

—¿viven bien aquí?

—claro, nuestros hijos crecen bien, nuestras familias tienen paz, somos autosustentables, plantamos nuestra comida y viene una persona a dejar comida todas las semanas, hay una escuela y también podemos llamar al doctor cuando lo necesitamos o cruzamos en lancha y vamos al hospital.

—también debe continuar con tu vida, vivir una grandiosa vida, gracias a ti tenemos una excelente vida y queremos lo mismo para ti...
Una mujer joven palmero su hombro ella también sostenía un bebé.

—venía a disculparme, siempre me aterra pensar que sus vidas... Yo contribui a sacarlos de su mundo.

—nos salvaste, arriesgaste tu vida por nosotros y nos diste una vida llena de luz, esta gente que trajiste se volvió nuestra gran familia... Si vienes más a menudo también sería bueno, tu también tienes una familia y somos todos como una gran familia juntos.