Capítulo 8: Como Llego Se Marchó

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Como ya se había previsto, mew se marchó el día siguiente, solo estuvieron juntos lo que resto del viaje y las primeras horas desde que llegaron a casa. El alfa no sabía cómo despedirse así que optó por hacer como dijo Gulf, solo se despidió sin mencionar un como, cuando ni donde vovlerían a cruzar caminos.

Al otro lado del mundo las cosas eran muy diferentes, Roxana podría tener a Mew en su bando anteriormente pero la realidad es otra en la actualidad, ella podría hacer de su vida como quisiera, ya ni siquiera había un “hazlo por nuestro pasado” Todo estaba en manos del destino para ellos y mew había sido minucioso al respecto. en cuanto recibió el mensaje de Leti, se tranquilizó y confirmó el trabajo como hecho, el siguiente paso era entregar las pruebas sin levantar sospechas que le dieran el margen de tiempo para escapar a los involucrados.

Leticia: “Nos llevaremos a Gulf por una semana, su estado no es el mejor así que tienes solo ese tiempo para arreglar todo, piensa mejor lo de entregarte.”

Mew apretó el aparato en sus manos, él tampoco se sentía bien, en cuanto su cuerpo noto la distancia prolongada de gulf y él, ya no daba más, sus huesos dolian y sus musculos parecían estar hechos de agua, la comida era insipida si no era la que el omega hacía, con suerte su garganta dejaba pasar alimentos y agua lo que no duraba mucho en su estómago. Era un infierno estar tan perdidó por un omega pero no se arrepentía de ningún segundo a su lado, pero claro, no imaginó que iba a tenerlo tan dificil.

Se recosto en el antiguo sofá frente a la gran ciudad como la última vez que apareció aquella mujer hace un mes y medio. Era sorprendente todo lo que puede cambiar la vida en tan poco tiempo, ahora no podría hacerle un favor a roxy aunque ella rogará y sacara de la lista de recuerdos, los más dolorosos que vivieron. Se había contactado con un investigador que sería quien llevaría a cabo todo lo necesario para encerrarlos a los tres, él mismo hombre fue quien durante una semana entera y con ayuda de mew, recolectar tanta información como fuera posible de Ryo y Roxy, habían tantas cosas como para no salir más de la cárcel, aunque por supuesto, mew no estaba mucho mejor.

—Vaya, esté cuadro es tan familiar, lo extrañaba.

Mew perdidó en sus pensamientos no escuchó los tacones tipicos de que la mujer estaba de visita.

—¿Qué extrañabas? ¿venir a pedir favores o meterte en mi casa?

—Oh, vamos mew, cogemos como los dioses, bien podría haber pagado así pero la verdad es que vine a dejarte el resto del dinero y un poco más, fue un trabajo impecable, inclusó llamaron para informar que despues de corroborar la información el bonito omega está pudriéndose bajo tierra.

—¿ah, si? bueno, trabajo hecho, ahora cumple tu parte del trato y desaparece de mi vida para siempre. Yo me estoy mudando.

Roxy miró en todas direcciones, no vio cajas o maletas aunque por supuesto, mew no tenía apego por nada dentró de ese apartamento.

—Vaya, así que esa es la forma que encontraste de poner distancia, supongo que estar enamorado de mí durante tanto tiempo te hace escapar.

—No es por ti. —Aunque ninguno se iría. ¿sabes Roxy? el sexo era regular, entiendo porque de alguna forma Ryo tenía que borrar del mapa a Gulf, cualquiera que lo probará, siempre querría volver con él. Es todo lo que nunca fuiste o serás.

Mew se levantó, las luces del exterior parecían pequeñas lunas y su cuerpo a contraluz ni siquiera podía tener la misma compostura fuerte e imponente que siempre mantenía.

Con solo escuchar, aunque sea una mentira, aquello sobre gulf, su cuerpo enteró dejó de funcionar como quisiera.

Bajo la mirada al piso, y dio un paso sin verla en ningún momento.

El deseo del sicario Donde viven las historias. Descúbrelo ahora