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No es la primera vez que te veo, pero sí es la primera vez que escribo sobre ello.

Por lo general, tu silueta me hipnotiza y no me deja quitarte los ojos de encima. Pero hoy, tú también me viste a mí...

Desestabilizaste mis sentidos, debilitándome, dejándome a tu merced.

Mala mujer, ¿cómo te has de atrever? ¿No sabes que no soy lo suficientemente fuerte para a tu mirada poderla sostener?

Por favor, no lo hagas más... Me gusta el tono de mi piel, mis mejillas no tienen por qué sonrojar.

EllaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora