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—Damas primero.
—Gracias.

Tú no te imaginas lo mucho que deseaba, lo mucho que deseo, que esa fracción de tiempo hubiese durado para siempre.

Tú no te imaginas lo mágico que hubiese sido para mí presionar un solo botón, al estilo de «Click: Perdiendo el control», para poder compartir contigo unos segundos más...

—Gracias.

Ya había escuchado tu embelesante voz, pero no me había percatado de que podía persuadirme de tal manera... Fue tan suave y dulce, a la par que embriagante..., cual Sheridan's a medio beber.

Asimismo, ya había visto tus fascinantes ojos, pero no me había percatado de que podía requerirme tanto esfuerzo absorber su impacto.

Ya había percibido tu cautivador perfume, pero no me había percatado de que podía llegar a noquearme tanto.

...No había sentido tu tersa piel, y nunca me habría percatado de que el más mínimo contacto con ella podría... cómo explicarlo... podría... mmm... hacer que mi corazón... bueno, que mi corazón s-se... se agitara de esta manera.

Con solo recordar el momento en el que... tu mano sujetó la baranda, y yo..., sin querer porque también tenía que bajar, sujeté la baranda...

...justo sobre t-tu mano... Uf, qué agitación, ¿no?

¿Por qué no me avisaste que mi corazón iba a latir así de desenfrenado? Como si quisiese escapar de una jaula en la que lo tengo apresado.

Necesito descansar.

EllaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora