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Verlo caminar por el mismo piso mientras saludaba con una sonrisa lo retorcía, le gustaba verlo pero no podía soportarlo, debía enterrarlo.

Había pensado muchas formas de llevar a cabo el asesinato y nadie se daría cuenta, pero lo molestaba tanto, lo quería pero era tan dulce que lo empalagaba. Tom no podía dormir después de escuchar el

-buenas noches Tom- hablo tan dulce como el caramelo el pelirrojo dejando atrás al de ojos negros en medio de la sala. Podría enterrarlo en el mismo parque o podría dejarlo dormido en su cama sin poder despertar.

...

-realmente nunca eh matado a una persona- la voz del paciente era tranquila, hablaba con toda la normalidad.

-has amado a alguien más?-

-no- el psicólogo se quito sus lentes colocándolos sobre su camisa.

-que sueles hacer en un día cotidiano?- el psicólogo lo mira directamente con una posición recta y una expresión neutral.

-me despierto, hago el desayuno, me voy a trabajar, luego regreso, escribo un poco y me voy a dormir-

-te gusta escribir?- el tiempo pasaba tan lento, el paciente lucía cómodo pero cansado y solo miraba al techo de vez en cuando bajando a su psicólogo.

-escribo ideas, aveces pequeñas historias o chistes, no se- hablaba tan lento que cualquiera quedaría dormido al escucharlo.

-escribes tus ideas? Como el amor que sientes hacia tu amigo?- el de ojos negros lo miro cansado.

-no.. ideas para mi rutina, aun que nunca las hago-

-cada vez que un pensamiento de amor llegue a tu mente anótalo en una libreta y cuando lo llenes me lo traes-

El paciente miro al terapeuta. Postura abierta con ojos negros y melena caramelo más su piel canela, lucía bien.

-crees que tu rutina cambio a cuando eras mas joven?-

-no del todo... me levantaba, me hacía desayuno, asistía a la escuela, regresaba y dormía-

-que hay de tu gato?- no podía examinar el lenguaje corporal del paciente, lucía tan tranquilo con lo que decía.

-no lo cuento porque lo mate- sonaba tan crudo como lo decía sin remordimiento.

-cual era su nombre?aun lo recuerdas?-

-jamás olvidaría el nombre de algo que amo- la voz era rasposa. El paciente era alguien interesante no en el buen sentido -minerva- pestaña mirando directamente a su psicólogo.

-Tom, te dejamos galletas- coloco el plato sobre el escritorio en el que Thomas estaba sentado escribiendo en una libreta negra, escucho el ruido del plato pero no fue suficiente para distraerlo de su curiosidad -que escribes Tom?- pregunta tratan...

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-Tom, te dejamos galletas- coloco el plato sobre el escritorio en el que Thomas estaba sentado escribiendo en una libreta negra, escucho el ruido del plato pero no fue suficiente para distraerlo de su curiosidad -que escribes Tom?- pregunta tratando de ver pero el muchacho no se lo permite.

-algo de mi trabajo, no puedo enseñártelo por políticas- responde fingiendo tristeza con una sonrisa falsa -igual gracias por las galletas- el muchacho esta triste al inicio pero después sonríe amablemente.

-no hay problema, si te quedas con hambre solo dilo, mi amigo y yo estaremos cocinando varios postres- despide con la mano alejándose a la puerta -adiós Tom- se marcha finalmente dejando completamente solo al moreno quien cansadamente regresa su rostro a su estado natural tan cansado. Galletas. Eran empalagosas.

El dulce de esa sonrisa lo estaba acabando, quería destrozar la.

Recordó lo que estaba haciendo y claro que escribiría esos pensamientos sobre la hoja por la cual ya iba a la mitad de la tercera.

Llevaba ya tiempo asistiendo a las terapias, sentía que no estaba cambiando aun que en realidad no era que el psicólogo no fuera bueno, solo que el no quería cambiar, solo necesitaba que alguien lo escuchara.

Sabia desde antes que no pensaba con claridad pero nunca lo incomodo, no vivió con miedo de quien era si mismo, solo lo acepto como parte de el.

Tampoco le había mentido al psicólogo, cada palabra que dijo era cierto, quería matar a su compañero de piso.

"Mirarte todos los días me pone feliz pero recuerdo que no eres parte de mi, no vives por mi y eso me quiebra, necesito que mueras por mí así que si no lo haces por tu cuenta yo me ocupare de eso.

Mi mente me pide que termine contigo, que te acabe para al final apreciar con más detalle cada uno de tus rasgos.

No creo que entiendas como me siento, querer a alguien al punto de tener que eliminarlo no es fácil de comprender.

Solo puedo llenar ese vacío en mi con alguien más. Así que debo hacerlo para satisfacer mi ansiedad."

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A que dijeron, esta pendeja ya no va actualizar, pues trompas.

Ya casi la acabo (mentira)

Hoy vino un paciente...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora