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Sentía que tenía el derecho de ver a Tord como alguien más cercano, después de todo sabe todo de él y compartieron un cigarro juntos. Claro, su relación de paciente y medico no cambio.

Terminar la sesión, despedida y casa, lo mismo de siempre, llegar y evitar el impulso de enterrar sus uñas en el pecho de su compañero para sacarle el corazón como prueba de amor.

El olor era intenso, dulce por el postre que preparaba su compañero pero las risas lo taladraban, alguien más estaba con él. Era de esperarse llega todas las noches y su compañero esta con su mejor amigo, envidiaba que tuvieran una amistad tan cercana.

-Thomas, llegaste, tienes hambre?- mira el brillo en la sonrisa del muchacho y el moreno siente calidez, sus manos se sienten vacías, quiere rodear su cuello y apretarlo.

-no realmente- menciona cerrando la puerta de su hogar caminando hacia el pasillo que lo llevaría a su habitación -tengo sueño- el contrario evita hacer preguntas quizás para no agobiarlo y así lo observa desaparecer en el pasillo.

Realmente no mentía, tenía sueño y quería dormir. Al acostarse el colchón parece abrazarlo, su cuerpo pierde emoción y al instante se queda dormido por lo relajante que era a pesar del desorden que lo rodeaba.

[...]

Ni siquiera había pasado bastante pero para el fueron años de sueño. Thomas se sienta sobre la cama estirándose soltando quejidos por ello para lugar tomar pie en la habitación en busca de agua por la sed del sueño.

Comienza a caminar fuera de la habitación esperando encontrar a su compañero en la sala o en la cocina, pero al parecer no estaba, es normal supone, una vez que se va la visita se va a dormir en su habitación la cual siempre esta sin llave. Sus parpados se caen y bebe agua por la falta de hidratación.

Frente a la puerta no toca esta y solo deja su mano en el pomo para girarlo muy lentamente buscando no llamar la atención, ligeramente abre la puerta para no despertarlo. Pero la cosa es que ya estaba despierto.

Por suerte no abrió la puerta por completo ya que hubiera sido una vergüenza total interrumpir como el mejor amigo de su compañero se lo follaba mientras el gemía abrazándose a él como si no hubiera un mañana. Las manos de Tom temblaron, quería vomitar por las nauseas.

Se alejo de la puerta con una expresión de odio? Impotencia? Asco? Dolor? Ni idea, solo era un expresión muy fea con un sentimiento fuerte.

Recordar como el tipo ese besaba a su compañero, como le metía la lengua le era asqueroso.

...

El viento corría heladamente mientras Tord parecía haber salido al estacionamiento a tomar aire antes de una sesión. El cielo no era oscuro, era azul, pero no un azul lindo.

-Tord- escucha su nombre de la voz de Tom, no era usual pero no se molesta, solo mira a Thomas.

-dime?-

-fumamos?- muestra la cajetilla, Tord solo lo observa por un rato aún disfrutando del viento.

-no es horario- no lo corrió solo se quedo apreciando el cielo con pesadez aún con la mirada del moreno encima suyo.

-Tord, hay que fumar- esta vez no era pregunta por lo que el rubio solo suspiro caminando hacia su coche con el muchacho detras suyo. Al quitar el seguro ambos entran tomando asiento en sus respectivos lugares, era bueno entrar, paso de algo frio a una cómoda calidez. El psicólogo se da cuenta que Thomas esta tardando mucho en sacar el cigarro.

Solo se recuesta sobre el respaldo.

El movimiento rápido de Tom fue imposible percibir pues de una a otra estaba besando al psicólogo mientras lo acorralaba para evitar que se alejara. Tord esta sorprendido por este acto y se lastima por la dureza y desesperación en que Tom lo obliga a abrir los labios introduciendo su lengua dejándole el sabor a alcohol y tabaco.

Hoy vino un paciente...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora