Evil Monster† Johan Liebert

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Advertencia⚠🔞

Por favor si eres sensible no leas este capítulo ya que contiene abuso por favor absténgase de malos comentarios.

†

¡¿Que es esto?!

Se siente extraño.

¡Para!

Trató de separarlo sentía que en cualquier momento algo iba a salir de su interior, le punzaba del dolor al ver que succionaba un punto sensible, una parte que la hacía delirar y lloriquear.

—¡Para! No más!! Se siente extraño!!— tenía miedo , mucho miedo.

Pero él seguía lamiendo y succionando con hambre cada vez más fuerte, profundizando cada lamida, haciendo que saliera sus fluidos.

Algo iba a salir.

No. No quiere.

Lo empujó pero ni siquiera se movía de su posición, la estaba desesperando y empezó a llorar con más fuerza al sentir que su interior iba a explotar, era horrible.

Fue aún más peor cuando él acerca su mano acariciando sus pliegues mojados, introduciendo un dedo adentro con suavidad moviendo de arriba hacía abajo expandiendo sus paredes que la hacían contraerse por la intromisión.

Hasta que con brutalidad mete un segundo dedo arremetiendo, como si la fuera a desgarrar.

Abrió sus ojos.

Arqueo su espalda y volteó su cabeza hacía atrás.

—AH!!! Duele!! Detente por favor!!.— gritó con dolor.

Sus manos se aferraron a la sábanas de la cama con violencia, soportando aquella tortura haciendo que moviera sus caderas para alejarse.

"Ángel siniestro, caído desde el cielo causando destrucción, emergiendo la maldad en cada uno de sus poros. Falso profeta, que se burla de dios engañando aquellos seres humanos con aquella hermosa apariencia solemne."

Ya no lo soportaba más.

Aquellos dedos se metían con profundidad abriendo sus paredes, embistiendo y expandiendo se por completo.

Haciendola retorcerse, torturandola por las nuevas y extrañas sensaciones.

Sus piernas se debilitaban dejándola sin fuerzas mientras escurría aquellos fluidos entre sus muslos como si fueran miel.

Gimoteaba y jadeaba tan débil.

Ella alzo su miraba encontrándose con aquellos azules ojos, envueltos en oscuridad y perversión viendola tan destrozada ante su toque. Corrompiendola.

Esos profundos ojos que la hacían caer en el profundo del abismo tormentoso.

Se estremeció.

Era escalofríante.

Aún más al saber que no tiene piedad de abusar de ella, engañándola, vendándole los ojos con esa cortina de humo que le mostraba haciendola caer en su trampa.

No confíes en aquellos que muestran ser buenos.

Que tonta fuí al confiar en él.

Él disfrutaba el dolor de los demás.

Cerró fuertemente sus ojos, esperando que todo esto se acabara. Pero sabía que no iba a terminar cuando otro dedo se adentro en su interior, se asustó desesperandose por la horrible punzada de dolor.