Evil Monster† Johan Liebert

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Ustedes son de su padre, el diablo, cuyos deseos quieren cumplir. Desde el principio este ha sido un asesino, y no se mantiene en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando miente, expresa su propia naturaleza, porque es un mentiroso. ¡Es el padre de la mentira!

Juan 8:44.

‡

Así el monstruo quedó encantado por aquella mujer, tanto que le ha echo lo imaginable para solo tenerla en sus manos.

†

Abrí mis ojos, mirando fijo al techo de color blanco de aquella habitación, me removí  entre las sábanas para así sentarme sin ganas. Froté mis ojos con mis manos para tener más visión y me quedé mirando fijo el suelo.

Suspiré.

Ayer fue un día ajetreado al llegar a Checoslovaquia, tuvimos que ir a la Capital, Praga.

Al escuchar eso, me dió una extraña sensación.

El lugar se veía hermoso con sus paisajes sin embargo le daba un toque silencioso por aquellos lugares. Un lugar tranquilo y bello ya que aquí vienen muchos turistas y viajeros a visitar por estos lados. Lo que me ha complicado de por aquí es el idioma, hablar Checo es un tema demasiado complejo cuando fuimos viajando por la capital.  Por lo que veía era es que Johan podía hablarlo sin problemas de manera fluida.

Porque Johan es mitad Checo.

Él me  lo había contado, que ha vivido en este lugar con su madre y su hermana gemela.

Quedé sorprendida por aquello.

Después de eso no volvió a tocar el tema y yo no quise preguntarle por eso. Por más que esté curiosa por la vida de alguien misterioso como Johan nunca me iba a atrever hablarle y preguntarle de su vida sabiendo lo que me hizo.
Cuando llegamos a la capital nos hospedamos en un hotel.
Rogué que aquella habitación tuviera camas separadas, por más que imploré aquello nadie escuchó mis plegarias cuando ingresamos a la habitación, solo había una cama.

Mierda.

— La cama es toda suya—Dijo él.— nos vemos luego querida— Al decir eso dejó los equipajes aun lado y se fue.

Yo solo me quedé parada viendo cómo se iba.

Después de eso, cuando llegó el anochecer no sabía si él iba a llegar, no sabía si la cama sería compartida con él, eso me causaba incomodidad y miedo. Por eso mismo me quedé sentada en una silla que estaba cerca del velador.

Miré por la ventana y suspiré.

Al final me acosté en aquella cama al tener sueño. Ahora que estoy despierta, Johan no ha llegado.

Suspiré.

Me levanté y fuí al baño a lavarme el rostro.

Necesito lavarme.

Ya cuando ocupé la ducha me fuí a cambiar de ropa, sin embargo cuando abrí el equipaje...

—¿Mm?

— ¿Otra vez prendas nuevas?.— miré aquella ropa con la etiqueta puesta, eso significaba que la ropa estaba recién comprada.

Fruncí el ceño.

¿Que carajos?

¿En qué momento compró estás prendas?

Suspiré.

No tuve más opción que usarlo.

Cuando termine de cambiarme, miré extraña hacía el velador, caminé hasta allá viendo una carta, fruncí el ceño confundida cuando ví mi nombre puesto en ella, agarré el sobre y lo abrí teniendo adentro una hoja escrita, observé la letra de aquella hoja viendo la perfecta caligrafía escrita a mano. Me di cuenta que Johan lo había escrito para mí, y cuando leí aquel papel adentro de la carta había un fajo de billetes, abrí los ojos enormemente cuando observé la cantidad de dinero que había.

" Compre lo que necesites"

Eso fue lo que tenía escrito.

Miré con sospecha y las dudas empezaron a formarse en mi cabeza.

—No sé si me está dando la oportunidad de escapar.— pensé en voz alta.
Traté de pensar críticamente lo que quiso decir con esas palabras o solo me está dando el dinero para comprar lo que necesitaba aún sabiendo que estoy libre pero en un lugar netamente desconocido. Reí por ello, él lo sabe. Que no puedo escapar menos en un lugar como este, ni siquiera se hablar Checo.

Joder...

¿Cómo quiere que vaya de compras si ni siquiera se hablar en ese idioma?
Además... Aparte del idioma me voy a perder por aquellos lugares.
Alcé la mirada encontrándome a la vista de aquella ventana de la habitación, observé a la gente caminando tranquilamente por la calle, al ver aquello me dió la sensación de estar allí.

Así que caminé hacia la puerta y salí.

Ya saliendo del hotel, visualice los alrededores, sintiéndome en paz. Bajé la mirada admirando el hermoso pavimento limpio, después alcé la cabeza encontrándome con una cafetería al lado.

Ah, está cerca del hotel.

Al tener ese pensamiento fui para allá con un poco de ánimos.

†

Desde hace días he venido a esta cafetería para no sentirme sola en esa habitación, me he sentido un poco mejor al no ver la presencia de Johan por lo que me he sentido más relajada, sin embargo siempre va haber un "pero"....  Las caricias que le daban en su cabello por las noches, esos pasos lentos y siniestros eran lo que la hacía dudar de que Johan siempre ha estado ahí. Cada noche siente como abren la puerta de la habitación haciendo crujir el piso por aquellos pasos lentos y precisos, acercándose cada vez a la cama donde está ella durmiendo, sin embargo al sentir esa presencia no puede dormir profundamente sabiendo que Johan estaba ahí. Las caricias que le daba eran de suma delicadeza, como si  cada unos de sus dedos disfrutaban el toque de su cabello. Ella ha fingido estar durmiendo temiendo que él supiera de que ha estado desde esa manera cuando ha empezado ir por las noches a la habitación, ella no se atrevía verle ni siquiera mover ni un músculo para que él supiera de que siempre ha estado despierta.
Cada noche, cada caricia, la hacían dudar.
Alguien tan diabólico como él no puede dar ese tipo de afecto como si amara de verdad.

Era imposible.

Pero con tal de que pasan los días seguía así. Dandome ese cariño que me hacía sentir rara e incómoda.
Extraña.
Si, esa sensación que me hacía sentir como si me estuviera sintiendo cómoda por ello, me aterraba.

— Me estoy volviendo loca— suspiré mientras me tomaba el café que pedí en la cafetería.

Hasta que sentí un enorme escalofríos.

Oh no, no otra vez.

Moví mi mirada al sentir la punzada de una mirada abrumadora, era ese hombre.
Cuando he empezado ir a esta cafetería, me he sentido vigilada.

Sentía que algo iba a pasar.