Evil Monster† Johan Liebert

27

Me paré del sofá y le mire desafiante.

—Habla.

No sé de donde saqué tanto valor para responderle. Pero no podía evitar enfurecerme y sentir una gran irá y resentimiento por sus palabras sin llegar a entender el significado de aquello. Esa mala sensación.

Él solo movió ligeramente sus comisuras de sus labios de una manera siniestra que me estremecí. Él puso sus manos hacía atrás y paseo alrededor de la habitación con elegancia, como si fuera un ser divino y majestuoso. Sin embargo era temible tanto que retrocedí con temor al ver aquella acción alertandome si es que en cualquier momento me podría a ser daño otra vez, ya que cualquier cosa que venga de él no es nada bueno. Era aterrador.
El ambiente se siente silencio y escalofriante él cuál parecía una película de terror en dónde el suspenso es un misterio que no se sabe si el diablo podría atacarte y llevarte ante sus penumbras.

Con un solo sentimiento me hace querer huir y pedir ayuda quien me salvara.

Dios puede llevarte al  buen camino  hacia el cielo...pero el diablo te lleva al camino hacía el infierno, ante su maldad. ¿Quien dijo que dios podía llevar a los demás hacía al camino correcto?

¿Quién dijo que no hay alguien parecido al diablo?

Yo misma le estoy viendo.

Con mis propios ojos ante la oscuridad que emerge en aquel ser. Definitivamente aquel hombre no es un humano, siendo tan cruel y despiadado.

Johan.

Mi cuerpo entero empezó al temblar al ver su cercanía. No sé había dado cuenta que él fue hacía ella en silencio sin que se diera cuenta.

Quedó paralizada y tragó saliva con dificultad.

Lágrimas querían asomarse hacía mis ojos al recordar lo que me había echo.

Tenía miedo que lo hiciera otra vez.

Tenía miedo que él la tocará y no tuviera piedad como aquella vez.

Un nudo se le atoró en su garganta al querer llorar y rogarle que no le hiciera daño.

Johan tomo un mechón de su cabello inclinándose y dándole un beso a esta para después mirarla con aquella oscuridad en sus temibles e inmaculados ojos.

Veo el vacío.

Como si fuera a caer en ellos.

— Ya lo sabrá— dijo él con un tono apacible y suave.

Se quedó quieta.

Sudando frío volteó su cabeza tratando de no mirarle. Aquel tono en su voz sonó alertante.

Ese mal presentimiento otra vez vino como un escalofrío por todo su cuerpo.

Ese tono ambiguo y sombrío no eran más que un mal presagió.

Él le sonrió.

Dejó su mechón de cabello y se distancia de ella poniendo sus manos hacía atrás caminó hacia la puerta pero antes de abrirla le dijo sin mirarla.

— Mañana nos iremos a Checoslovaquia—

Eso la dislocó.

— ¿Qué-...—  él ya se había ido.

  †

Otra vez no había dormido, me estaba carcomiendo la cabeza todo lo que había pasado ayer.