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Odia su trabajo, más que eso, odia su forma de vida

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Odia su trabajo, más que eso, odia su forma de vida. Pero eso es lo que le tocó vivir, es culpa suya por no haberse cuidado como debería, ahora por su irresponsabilidad, debía cuidar de un pequeño niño que era su cachorro de solo 4 años, viviendo en la zona más horrible de la ciudad mientras trabajaba 12 horas al día por un mínimo de dinero y se veía obligado a soportar el acoso de las personas.

Porque su vida era así, oscura y sin luz, viviendo solo para el y por él, ese pequeño cachorro por el que abandonó sus sueños y por el que huyó de su familia, ese niño que le recordaba tanto a él...

Su vida es terrible, al menos lo es cuando no está en casa pasando tiempo con su pequeño, porque esos eran los únicos momentos que él llegaba a adorar y recordar, cuando podía pasar tiempo con su pequeño y disfrutar de haber tomado la decisión de dar a luz a ese pequeño angelito.

Su vida podía ser muy oscura y sin luz, pero quizá, luego de tantos años... se acostumbro.

Pero entonces... ¿Por qué justo ahora, esa luz que hacía falta en su vida llegó? Llegó justo en el momento indicado.

Porque eso es lo que su vida necesitaba

un poco de luz.

Está tan exhausto, que apenas puede mantener los ojos abiertos por unos minutos, solo puede abrir la puerta de su apartamento con torpeza y entrar a su hogar, apoyándose contra la madera desgastada de esta misma para sostenerse

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Está tan exhausto, que apenas puede mantener los ojos abiertos por unos minutos, solo puede abrir la puerta de su apartamento con torpeza y entrar a su hogar, apoyándose contra la madera desgastada de esta misma para sostenerse.

Su rendimiento no era bueno, su condición de omega y mala alimentación no le daban una buena condición física y su rendimiento era poco, por eso suele llegar a casa arrastrando los pies difícilmente.

Escucha el sonido de la televisión, acercándose para mirar hacia la sala de estar y encontrándose con su pequeño hijo durmiendo plácidamente junto a su amiga Ochako, la beta que suele ayudarle a cuidar al pequeño infante durante las noches, algo que agradece infinitamente.

Sonríe conmovido y va a apagar la televisión, estirando su cuerpo y caminando hacia su habitación por una sábana para colocarla sobre ambos, e irse él a su habitación para tirarse en su vieja cama, exhausto y adolorido, sin poder mantener los ojos abiertos por más tiempo y solo cayendo dormido al instante.

Resiliencia;   DabiTodoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora