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—Ahg

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—Ahg... —Shouto se queja inconscientemente. La herida duele; también arde. Y aunque Uraraka intenta ser cuidadosa, es evidente que es imposible no hacerle daño.

—¡Lo siento, Todoroki-Kun! —se disculpa la beta al instante.

—Está bien, Uraraka-San. No pasa nada —refuta el semi albino.

Uraraka sigue limpiando la herida en su mejilla, recogiendo los restos de sangre para evitar alguna infección.

—¿Cómo te hiciste esto? —cuestiona Uraraka, presionando suavemente el algodón contra su mejilla.

—Fuí a reclamarle a Kai sobre el departamento —explica brevemente, frunciendo el ceño—. Él quería que Liam y yo nos fuéramos a vivir con él, así que amenazó a la señora Yuga para que me desalojara.

—¡Ese tipo...! —Ochako frunce el ceño, y exhala con cansancio—. Ese hombre está loco, Todoroki-Kun. Ten mucho cuidado con él.

—Lo sé —gruñe Shouto—. Renuncié al burdel... Lo mejor es alejarme de él.

—Eso me tranquiliza más —confiesa Ochako, sonriendo suavemente—. Sabes que me preocupaba que trabajarás ahí; está lleno de malvivientes y personas peligrosas, si uno de ellos hubiera intentado–

—Tranquila, Uraraka-San —Shouto puede sentir a la menor colocar un aposito en su mejilla—. Kai jamás permitió que nadie me tocara, es lo único que le puedo agradecer.

—Es porque te quería para él, Todoroki-Kun. ¡No lo hizo con buena voluntad!

—No importa ya —dice—. Él se molestó tanto que me lanzó una una navaja, por suerte pude quitarme pero me rozo.

—¡Ese desgraciado-!

—Mamá...

Ambos adultos guardan silencio, volteando a ver de inmediato al pequeño que se asoma desde el umbral de la puerta de la sala de estar.

—Liam, ¿Pasa algo?

Shouto puede ver las pequeñas lágrimas asomándose en los ojos del infante, lo que le obliga a levantarse al instante y acuclillarse delante del menor.

Resiliencia;   DabiTodoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora