# OO4.

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—¡Isabella!.—canine aún más rápido mientras negaba con mi cabeza, no podía hacer esto hoy, no quería hacerlo en realidad. No tenía la valentía de hacerle frente una vez más, no estaba lista para las barbaridades que podría decirme ni tenía la suficiente fuerza para darme mi lugar y hacerle ver que yo valgo más de lo que me quiso hacer ver durante tantos años.—Isabella, dale.

Ambos frenamos en seco cuando sentí un fuerte dolor en mi tobillo, me tuve que apoyar en la pared para no caerme al piso, observé el tacón desprendido de mi bota y sentí los ojos picar, me dolía como el infierno pero yo no quería que él se diera cuenta.

—Baby, espera.—negué con mi cabeza.—Maldita sea, el otro día querías hablar y ahora actúas como si no me fuiste detrás rogándome por atención, ¡la tienes toda!

Una sonrisa nasal llamó su atención lo cierto es que no lo pude evitar, el momento ya pasó y él mismo lo dijo sin darse cuenta.—No quiero esto, Luar.

—¿Luar?.—abrí los ojos algo sorprendida y caí en cuenta de que debía ir a sacarlo de la comisaría, la cara de molestia de Myke era completamente notable.

—Mala mía, Michael.—sacudí varias veces mi cabeza.—Tengo que ir a sacarlo y de seguro mi mente me lo recordó ahora.—me excusé, su cara reflejaba que no me creía nada de lo que le estaba diciendo.—Ya vete.

—Es un lugar público, puedo estarlo.

—No puedes invadir mi espacio h será mejor que te marches antes de que te ponga una orden de restricción.

—¿Después de lo que pasamos?

—Justamente por lo que pasamos.

—¿Por qué no vienes conmigo? Te extraño.

—¿A mi o a mi cuerpo?

—Todo lo jodes...—gruñó.

—Ya vete porque nada de lo que crees va a pasar.

—Te llamaré.

—Prefiero que no.

—¿Como así?

—Que no quiero que me busques, nos hacemos daño y merecemos más, yo merezco más.—se quedó en silencio, su expresión cambió un poco y por primera vez vi algo sincero en el: miedo , tal vez estaba siendo consciente realmente de que la posibilidad de perderme ya estaba dándose.

—Déjame llevarte a casa.

—No voy a casa.

—¿Por qué no va su manejo?

—Myke, no te debo ninguna explicación,márchate.—retrocedí cuando quiso acercarse a mi.

Bajó la mirada con decepción pero finalmente comenzó a alejarse, tome un poco de aire y finalmente me dirigí cojeando hacia el carro.

—¿Será que puedo manejar?

Cuando me subí al carro hice la prueba y lo cierto era que tenía mucho dolor pero podía soportarlo o al menos eso creí.

(...)

—Te digo que no hice una puñeta.—escuché su grito.—A ustedes les quedé gustando y les pone bien bellacos tenerme acá encerrado, mamadores.—me apoyé en la pared.—¿Me sacáis?

—Buenas noches,señores.

—Ay Dios, es Bella.—sonreí al oficial.

—Vine a recoger mi paquete.—bromeé.—¿Con quién debo hablar para sacarlo?

—Entonces...¿realmente están juntos?

beauty and the beast; Luar la LDonde viven las historias. Descúbrelo ahora