beauty and the beast; Luar la L

# OO5.

—¿Y qué te hace creer que tiene más?

—No sea tan pendejo tampoco, eran novios ¿o no?.—escuchaba la conversación de Luar con alguien más, lo bueno de este apartamento era que la acústica para ser bien chismosas era inmejorable.—¿Para que carajos quiere volver con ese tipo?

—¿Te molestó que tuviera esas fotos?

—¿Qué mierda estás hablando?

—Es que te veo demasiado molesto para una muchacha que no te importa un carajo, haces todo esto porque te vetaron de festivales y shows.

—Toy' mordio' porque compartir vídeos de ellos chingando es un asco.—fruncí el ceño.—Nada más busca provocarme.

—No es tu guerra, es la de ella.

—¿Qué se supone que haga, ah , no es mi jeva a ojos de él? ¿Le armo una fiesta? Nada más dime para yo saber.—no había tratado mucho con Luar, apenas lo había hecho en realidad pero no era difícil adivinar que estaba enfadado.—Ese cabrón se ha tomado el tiempo de tirarme al cel y mandarme vídeos de ellos dos, ¿qué hago?

—No sé, Luar , búscame si necesitas consejo en público , lo que surja internamente con Myke o con Isabella no es asunto mío.—observé las muletas y enseguida desistí, harían demasiado ruido.

Mi teléfono comenzó a sonar, estiré el brazo para alcanzarlo,

—¿Qué quieres?.—susurré.

—¿Por qué andas susurrando? ¿Estás con él?

—Acabo de despertarme,es todo.—me removí en la cama.—¿Qué quieres? Pensaba que ya habíamos dejado las cosas claras entre nosotros.

—¿Tu pie está mejor?

—¿Acaso te importa?

—Si no me importara, no preguntaría, no me la pongas tan difícil...—rodé los ojos.—Te extraño, Bella.

—¿Despertaste?.—Luar se acercó a mi.Señalé como pude el teléfono para que supiera que estaba en mitad de algo, pensé que se iría pero entonces me tomó del cuello para besarme, se separó al escuchar como Michael tosía para recordarnos que seguía en pantalla.—Llamó mi manejo, quiere que le muestres tus letras, cree que ha encontrado un tema perfecto para montarnos a ambos.

—¿Serio?

—Sí, baby.

—Isabella.—volví a atender el teléfono.

—Tengo que dejarte, Michael.—y sin dejarle tiempo para responder, colgué.—¿De qué estaban hablando?

—Eso mismo quisiera saber.

—¿Ah?

—Recién sale el sol y andas buscándolo en el cel.—elevó un poco la voz.

—¿De qué estás hablando?

—Que parece que olvidas que para el mundo estamos en algo, ni siquiera tomaste el tiempo de bajar a desayunar o avisar que estás despierta, te quedaste hablando con el pendejo ese.

—Un momentico, no está para defenderse así que no dejaré que hables mal de él tampoco, Armando.—soltó una carcajada.—¿Muy chistosito o qué?.—me levanté como pude.

—Si es una porquería lo diré aquí y adelante de él.

—Michael no e..

—Ay, si tan bueno y perfecto es, corre atrás de él...No, espera , eso ya lo estás haciendo.—se burló.—Tan ridícula. Quiérete aunque sea el mínimo, tal vez consigas su atención.