chapter two

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Esa noche cuando Jimin volvió a casa y la euforia de un largo día había pasado se sentó sobre su cama y rompió en llanto

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Esa noche cuando Jimin volvió a casa y la euforia de un largo día había pasado se sentó sobre su cama y rompió en llanto. Lloró porque ahora su sentimiento de soledad había empeorado, lloró porque llegaba a su memoria el mal trato que le había dado a su único cliente en dos dos días y lloró porque no soportaba más la voz de su cabeza que le repetía lo insuficiente que estaba siendo.

Jimin era quizá uno de los omegas más llorones que había en todo Seúl, su corazón y su extrema empatía hacía los demás lo hacían ser de un alma dulce e incluso pura, pero claro que ello le había dado algunos problemas, como todas las veces que sentía la necesidad de ayudar a los demás y al final sólo lo buscaban por conveniencia.

Así que se rindió al buscar amistades y se quedó solo con Jungkook. Quiso llamarlo para desahogarse un poco pero al final se negó y lloró hasta quedarse dormido.

—¿Todo bien? —le preguntó Jeon a la mañana siguiente cuando la pastelería estuvo abierta.

—Sí —respondió sin más.

El castaño sabía que Park le estaba mintiendo por la cara, pero también sabía cómo era y sus pequeños ojos rojos e hinchados lo delataban a la perfección, así que prefirió tratar de distraerlo contándole cosas graciosas, sin embargo, se rindió cuando notó que mantenía la mirada fija en el suelo y no respondía a nada. Con un largo suspiro hizo silencio y se quedó al lado del chico jugando con uno de los vasos donde solían vender café.

—¿Crees que fui muy malo ayer? —preguntó de repente asustando al mayor.

—Posiblemente, en realidad ese alfa media como dos metros, daba miedo y su aroma era la cosa más penetrante del universo. Sigo sin entender de dónde sacaste el valor para hablarle así —respondió mientras rebuscaba en los recuerdos que tenía del día anterior y sintió un leve escalofrío, pues podía jurar que ese hombre era un alfa de linaje puro.

—Es que era un poco tonto, kookie —se encogió de hombros restandole importancia, su típico y tonto metodo de defensa—. Incluso ahora que lo pienso no me siento culpable, me cae un poco mal.

—Todos te caen mal Jimin, incluso yo.

—Exactamente, eres muy inteligente —le sonrió a modo de broma pero en realidad quería llorar de nuevo, ¿por qué siempre lo veían cómo alguien con malas pulgas? Tal vez era culpa de que la mayor parte de su vida había estado a la defensiva.

Jeon supo que sus palabras habían tenido un efecto contrario en el pequeño y mordió su labio inferior un poco dudoso.

—Por eso estoy solo ¿verdad? —murmuró con debilidad desviando su mirada, odiaba el contacto visual en momentos así.

—¿De qué hablas? —la voz del pelinegro se había hecho severa y eso asustó al menor.

Jimin no respondió, hoy era de esos días en que el simple hecho de seguir una conversación era un cansancio inmenso y el solo mover sus labios para articular alguna palabra se le hacía el acto más pesado que podía existir.

—Ay Park, que complicado eres —negó y solo una cosa se vino a su mente. "Omega tonto"

¿Podría ir a otro lugar por café? Sí, ¿quería hacerlo? No

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¿Podría ir a otro lugar por café? Sí, ¿quería hacerlo? No.

Min Yoongi en pocas palabras era un hombre correcto y "derecho", a fin de cuentas era militar y durante sus tiempos libres hacía tatuajes en una de las zonas más costosas de Seúl. No mantenía buen humor, se irritaba fácilmente e incluso su paciencia era más pequeña que un alfiler. Vivía en una gran casa pero se sentía como si fuese de mayor tamaño cuando estaba allí solo.

Al final siempre había estado solo.

Y la pastelería del rubio malhumorado tenía un ambiente tan hogareño y bonito que se negaba a no volver, por ello al levantarse en la mañana su primer pensamiento fue el de beberse un delicioso café y por eso se encontraba frente a "Jimin's bakery".

La campana al entrar sonó avisando su llegada y se sorprendió al ver que de nuevo no había ni una sola persona o cliente, pero fue aún más raro cuando no hubo ningún grito de bienvenida.

—Buenas tardes, ¿qué desea beber el día de hoy? —era el pelinegro del día anterior, por su complexión y comportamiento pudo deducir de manera rápida que era un alfa de linaje común.

Jungkook se estremeció ante la intensa mirada del hombre, quiso salir corriendo o pedirle ayuda a Jimin quien estaba a su lado pero el chico no parecía espabilar.

—Lo mismo de ayer, por favor —al menos era educado ¿verdad? Todo el aire retenido salió de sus pulmones y antes de girarse su voz se escuchó de nuevo—. ¿Dónde está el rubio de ayer? Creí que era el dueño.

Jeon no pudo ocultar su sorpresa ante la extraña y repentina pregunta, pero el alfa le daba tanto miedo que por un segundo creyó que se haría pipí en los pantalones.

—Es el dueño y está ahí —dijo señalando la silla de su costado, Yoongi frunció el ceño al ver al omega mirando un punto fijo sin hacer nada más, incluso parecía no respirar.

—Ya veo...

—¡En seguida sale un café! —gritó Jungkook para luego abandonar la barra.

¿Era normal? Se preguntó el alfa mientras miraba a Jimin de reojo, era terco, gritón y más allá de eso ahora mismo parecía una estatua sin sentido, pero algo que había notado a la perfección era la hinchazón bajo sus ojos, así que además de todo lo anterior parecía que también era un llorón.

—Aquí tiene —Jeon luego de un rato había vuelto con el café, Yoongi suspiró al ver que hoy no había sido merecedor del postre de fresa, aunque se golpeó internamente pues prefería evitar el azúcar.

—Gracias —y luego de pagar se marchó del lugar arrugando su nariz, realmente esa pastelería tenía un dulce olor que seguía sin poder descifrar por completo.

Estaba tan ensimismado en sus propios pensamientos que no notó que alguien venía a paso apurado frente a él hasta que chocaron y al bajar su mirada pudo ver un bonito beta frente a sus ojos.

—Lo lamento... No veía bien el camino.

"Bonito".

"Bonito"

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Strawberries love ; yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora