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Capitulo 17

Después de calurosa situación que pase hace unos minutos, no logre encontrar la centralización en absolutamente nada de lo que intentaba hacer, las imágenes de lo que hace unos momentos sucedió dominaba mi mente de manera incesante, y el solo pensar en que lo único que nos separaba a la distancia era unos cuantos metros y una pared me atormentaba sin contar que iremos a esa dichosa cena con los ejecutivos, cenas de negocios que me resultan realmente aburridas, o al menos las veces que acompañe al señor Franco la cena transcurría en platicas fuera de los negocios, y mas enfocada a juegos de poker y anécdotas de su juventud, espero que esta noche sea diferente

-¿Esta lista señorita Herrera? -la voz de mi jefe inundo el lugar que se mantenía en silencio

-Si señor- aclare mi garganta intentando sonar de lo mas normal, pero simplemente verlo frente a mi resultaba peligroso para mis nervios aun no recuperados del circunstancia que pasamos en su oficina

-Vamos entonces, tenemos el tiempo justo para llegar sin contratiempos- camino hacia el ascensor mientras yo lo seguía con algunos cuantos pasos de distancia

las puertas del ascensor se abrieron y el ingreso de inmediato mientras yo me quedaba fuera, como si mi cuerpo no respondiera, el mantenía su atención en su celular, hasta que se percato que yo me encontraba fuera e inmóvil y una sonrisa divertida se dibujo en su rostro

-¿Sucede algo señorita Herrera? -guardo el celular en su bolsillo y se concentro totalmente en mi mientras yo me sentía una total estúpida- Tranquila que no muerdo- su sonrisa se amplio dejándome ver su blanca y alineada dentadura- ¿Piensa entrar? o ¿nos quedaremos aquí toda la noche?

-Es que no me estoy sintiendo del todo bien señor -mentí-

-¿Segura que es eso? -asentí- Vamos señorita Herrera, solo sera un rato y la llevare personalmente hasta la puerta de su casa, pero enserio necesito que esté ahí conmigo, usted los conoce más que yo -Comenzó a tratar de convencerme- y no tengo que recordarle que le prometió a mi padre que me ayudaría en todo -¿chantaje enserio? Y con su padre? Pero no podía negarme, el tenía razón le hice una promesa a su padre y mi palabra en verdad tiene valor

-De acuerdo- subí al ascensor olvidándome de todo lo que me impidiera estar cerca de es hombre

El ascensor se cerró después de presionar el botón a la planta baja y comenzó a descender, un silencio incómodo se apoderó del reducido espacio, pero doy gracias a dios que ninguno hayamos enunciado palabra alguna

Las puertas del ascensor se entreabrieron en el piso de recepción donde eran muy pocas las personas que aún seguían ahí, salimos del elevador y caminamos hacia las afueras de la empresa mientras yo me limitaba a seguirlo hasta llegar a donde aquella Range Rover negra polarizada de lujo nos esperaba, Justo afuera de la entrada principal, como muestra de caballerosidad me abrió la puerta del copiloto, subí al impecable y opulento vehículo, mientras el daba la vuelta para subir al asiento del piloto, un aroma amaderado y elegante combinado con su colonia, se apropiaban del interior, ambos abróchanos nuestros cinturones antes de marcharnos hacia el restaurante

10 minutos de trayecto que pasaron en silencio, solo con la playlists de música clásica sonando de fondo en un volumen bajo, hasta que llegamos al lugar, un restaurante muy moderno pero elegante, con una temática peculiar, y su mayor atractivo la pantalla en el techo que proyectaba diferentes paisajes hermosos

-Buenas noches, bienvenidos a la Madalena, ¿cuentan con reservación?

-Buenas noches, si a nombre de Massimo Marchetti por favor -el hombre comenzó a buscar en su iPad

-De acuerdo, pasen por aquí señor y señora Marchetti por favor los esperan- nuestras miradas chocaron al escuchar la manera en que nos nombró el con cierta gracia y yo con confusión por su reacción