Capitulo 23

15 1 0
                                    

-Buenos días señor -salude ingresando a la oficina de mi jefe con un café en mis manos a petición de el

-Buenos días -Su mirada se apartó de la pantalla de la computadora y me recorrió de pies a cabeza relamiendo sus labios

-Aquí está su café, descafeinado y con dos de azúcar como lo pidió - me acerque al escritorio para dejarlo sobre la superficie plana del mismo

-Gracias señorita Herrera -su mano alcanzó la mía antes de alejarme del escritorio y mi cuerpo reaccionó ante su tacto con un leve espasmo, levantó su cuerpo de la silla acercándose a mi oído- El día de hoy luce irresistiblemente encantadora -el golpe de su fresco aliento en mi oído y la deliciosa esencia de su loción tan varonil en mi olfato erizaron todos los vellos de mi cuerpo

-Señor -susurre con dificultad cerrando los ojos al sentir su cálida lengua sobre el lóbulo de mi oído

-Ya no puedo resistirme más a ti Anny -hablo entre besos por mis mejillas- me vuelves loco- sus manos me tomaron de la cintura jalándome hacia el quien ahora estaba sentado de nuevo en su enorme silla y yo frente a él con su cabeza a la altura de mi vientre

Sus manos se deslizaron desde mi vientre hasta la altura de mis pechos, produciendo que leves quejidos de satisfacción salieran de mi boca por las caricias sobre la tela de mi blusa, sus manos se colocaron en el escote de mi blusa, desde donde comenzó a desabotonarles hasta quedar completamente abierta dejando a la vista mi torso desnudo y el sostén blanco con detalles de encaje cubriendo mis pechos, de nuevo su lengua relamió sus labios sin quitar la mirada de mí semidesnuda parte superior, una corriente de calor recorrió mi cuerpo cuando sus labios hicieron contacto con la piel desnuda de mi vientre, incline mi cabeza hacia atrás cerrando los ojos fuertemente conteniendo un quejido de satisfacción

-Eres perfecta -susurró sobre mi piel antes de levantarse de su lugar y sujetándome con sus fuertes brazos, para sentarme sobre el escritorio acomodándose entremedio de mis piernas provocando que mi falda se subiera, su mano me tomo de la nuca acercándome hacia el con fuerza para unificarnos en un beso desesperado, ¡maldita sea! Sus labios son la mismísima gloria y que decir de la magnífica habilidad de su lengua, que jugueteaba con la mía mientras nuestras respiraciones eran cada vez más intensas

Sin separarnos su mano que mantenía libre recorría mi pierna con delicadas caricias que alteraban todo mi sistema sensorial, caricias que comenzaban a arriesgarse subiendo hacia mi punto sensible, la temperatura en mi cuerpo era evidente, mis manos subieron hasta su cuello con caricias desesperadas, bajando por su pecho experimentando la dureza de sus pectorales

-Massimo -soltó entre besos- alguien puede entrar -termine con dificultad por el intenso beso que no nos permitíamos terminar

-Me importa una mierda -si su voz ya suele ser atractiva y sensual, excitado es jodidamente irresistible- Necesito hacerte mía Anny -se separo unos centímetros de mí sin romper la conexión de nuestras miradas que no expresaban otra cosa que no fuera un enorme deseo

-¿Y que estás esperando? -respondí con dificultad por mi agitada respiración, sus labios formaron una sonrisa pícara y cautivadora que me hizo entender que era demasiado tarde para dar marcha atrás, pero en este punto aún si tuviera la oportunidad de retroceder y evitar esta situación, no lo haría

Sin perder tiempo termino de deshacerse de mi blusa arrojándola hacia alguna parte de la oficina, como pudo lanzo todo lo que se encontraba sobre el escritorio donde me encontraba sentada dejando la superficie libre, delicadamente me recostó sobre la fría madre del escritorio inclinándose hacia mi vientre depositando húmedos besos con una leve succión que provocaban que mi cuerpo se encorvara del placer, desde mi posición podía apreciar como con movimientos rápidos y desesperados, desabrochaba su cinturón y el botón del pantalón de vestir negro, una vez lo logro siguió con mi ropa, subió mi falda hasta mis muslos dándole más movilidad a mis piernas, sus cálidos dedos  rozaron mi parte íntima por sobre la tela de mi pantie húmedo, acto que provocó que contrajera los músculos de mi cuerpo mientras me sujetaba con fuerza de una de las orillas del escritorio

TÚ & SOLO TÚ © ~2024~ LGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora