Cap 2

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II

¿Resolver los problemas como un hombre?

Eso fue por mucho lo menos que hice, desde el primer segundo de la llamada estaba recibiendo gritos y maldiciones por parte de Verosika, la malas palabras abundaban en su vocabulario como si solo esas se supiera. Cada ves que pensaba que la discusión terminaría, volvía a decir algo que le molestaba, así hubieran pasado meses de aquello.

"Mujeres"

Nunca las entendería, ningún hombre lo hará.

-¿me estás escuchando siquiera Leo?

Cerré mis ojos con fuerza para disipar el sueño que tenía, mis músculos dolían y tener que haberla escuchado durante hora y media solo empeoraba las cosas.

-Verosika, ya te dije que lo siento, no es mi culpa que el teléfono no tuviera batería.

-¡Eso no es justificación!. Podías haberme llamado cuando llegaste a la casa.

-Verosika, habían muchas cosas que hacer, si mi madre me veía sin hacer nada me iba a matar.

-me la tiene jurada tu madre.

-no empecemos con este tema por favor - suspiré agotado y enojado a la ves. Sé que ella lo notó porque enseguida su voz se calmó notablemente.

-entiendo, está bien. Ve a dormir, mañana hablamos con más calma, ¿Te parece?

Se comportó extrañamente amable y comprensiva, ella no solía calmarse de su enojo para nadie, ni para sus abuelos, lo que me resultó extraño

-Leo, te extraño. Espero realmente que esto funcione.

-tranquila, estaremos bien.

Estábamos tristes, era claro, podíamos discutir con frecuencia, pero eso no quita el cariño que nos tenemos. Llevábamos dos años y medio de relación, juntos nos divertimos, reímos, lloramos, discutimos,  hicimos locuras que nunca pensé que haría a su lado. Por eso claramente que la quería, pero no era del todo igual hacía unos meses.

-hasta mañana Leo. Te amo- la escuché decir, como si lamentase algo.

-yo también nena, hablamos mañana.

Esperé a no escuchar alguna palabra más y entonces colgué. Me tiré de espaldas hacia atrás en la cama, dejando que la suavidad del colchón me conquistara, cayendo después de varios segundos en los brazos de Morfeo.

(-mira a tu alrededor no es el lugar correcto, ni siquiera sé porqué no podías esperar que saliera-

Dos personas discutiendo en el pasillo de una escuela.
¿Qué demonios es esto?
Yo estaba allí, no conocía ese lugar de nada, algunos se besaban, otros peleaban justo como la pareja frente a mí y otros solo se movían de un lugar a otro.

-David, suéltame me lastimas-

-¡¡esto es porque eres una zorra!!-

La chica trataba de safar el agarre del chico pero este golpeó estrepitosamente su mejilla haciéndola caer al suelo.

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