Underwater

Cap 5

V

Al final de la cena mi madre había vuelto a hablarme, pero no específicamente para lo que yo pensaba. Me había ordenado de la peor manera que fregara los trastes cuando "me diera la gana pero hoy", según sus palabras. No me opuse, lo último que quería era alguna discusión tonta que amargara mi noche, no es que estuviera de un gran humor, solo no quería empeorarlo por mi propio bien.

Así que allí me encontraba, solo en la cocina fregando los platos y ollas usados para la "deliciosa" cena que mi madre preparó. Por deliciosa me quiero referir a salada, debido al trabajo de mi madre en la ciudad, el que solía cocinar mayormente era papá, y ejercía muy bien su papel de cocinero, su comida era deliciosa y a él le encantaba que nos encantara a nosotros. Cuando solían haber bastantes ingredientes nos preparaba grandes variedades de platillos de diferentes culturas, era delicioso.

Mi boca ya se encontraba hecha agua al recordar la exquisitez de su comida, y ya estaba ansioso porque en unos días llegarán él y Patrick y que preparara aquellas grandes cenas y que disfrutemos en familia.

_Ya claro_

Casi lo olvido, ya no éramos ese tipo de familia, el trabajo ocupaba todo el tiempo de ambos. Sonreí, de una forma lamentable, y terminé de colocar los trastes a escurrir. Caminé hasta la nevera y saqué una cerveza, sentía la necesidad de una ahora mismo.

Salí de la cocina no sin antes apagar la luz, y justo cuando iba a subir vi por mi costado una figura humana, miré sobresaltado hacia donde la había visto, pero no había nada, observé todo el salón y lo que daba a la cocina, no había nadie. Miré raramente a  la lata en mi mano.

_Uff, me estás matando_

Sonreí. Al entrar en mi habitación encendí mi teléfono esperando encontrar un mensaje de Verósika, pero nada. Extraño, pensé. Caminé hasta la ventana y miré por un momento el obscuro bosque, todo estaba tan tranquilo, nada de autos pitando, o de vecinos ruidosos o luces molestas.
Negué varias veces, ¿En qué estoy pensando? Aprecié la vista y el silencio hasta terminar mi cerveza. Me sonreí a mí mismo en el cristal y cerré las cortinas de esta.

-ha sido un largo y pesado día- me dejé caer en la cama y rodé en busca de una mejor posición, estiré mi mano hasta la cobija y me tapé hasta la cabeza cuando escuché una notificación a mi lado. Cogí el móvil y lo encendí, el mensaje de Verósika decía:

Verósika
Lo siento, me dió tarde para escribirte. Ten buenas noches amor, descansa bonito. Aún es temprano, pero imagino que allá haya un aburrimiento de los mil demonios, así que dulces sueños❤️ (10:03)

Puse mis ojos en blanco y dejé el celular en donde estaba. No tenía deseos de responder su mensaje, mañana le diré que ya me encontraba durmiendo debido al gran aburrimiento que había aquí.
Escondí mi cabeza en la almohada y grité, no tan alto claro. ¿Por qué debía estar en este maldito lugar de mierda en el medio de la nada? Yo debía estar en California, con mi novia y mis amigos, saliendo a bares y disfrutando mi juventud antes de ir a la universidad, era el maldito verano y yo estaba hundido en un maldito bosque por el deseo de mis padres. Dando vueltas en la cama por la molestia, me quedé profundamente dormido. Y no pude estar más agradecido, aunque no me hubiera dado cuenta.

(_Abrí los ojos ligeramente sintiendo la molestia de la luz al abrirlos completos, estaba en una parada de autobús en la acera, el Sol sobre mi cabeza ¿Quemaba?
Miré hacia arriba, el Sol estaba en el punto más alto, así que escatimé que eran las 12:00 en punto, un poco más o un poco menos. Como a un metro de mí se encontraban un grupo de adolescentes riendo fuertemente, menores que yo. Habían tres chicas, de las cuales dos de ellas reían estrepitosamente por las tonterías que no paraban de decir aquellos chicos. Una de ellas no reía, parecía un poco incómoda o nerviosa, no lo sé, solo se veía apartada de los demás aunque estuviera allí con ellos. No la logro ver bien, pero su cabello, ¿A quién me recuerda? ¿Por qué no puedo ver o recordar su rostro?
El más alto de ambos chicos, que a la vez, no era tan alto, se acercó con confianza a ella, envolviendo su brazo por los hombros de la contraria.