Una decisión para mejorar.

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Una vez Karai abandonó el Pie con el pasar de los días se logró acoplar al nuevo ambiente que vivía logrando ser alguien no tan seria cómo antes siendo un poco más sonriente, juntó a su madre y Mickey visitando a su demás familia ocultando sus identidades, claro está.

Saliendo a patrullar juntó a Mickey y su madre, logrando ganarles varias veces al Krang cuando se los topaban llevándole el mutageno que a veces encontraban a Donnie.

En tanto respecta al Clan del Pie en esos días no hubo noticia ni movimiento de ellos, para la familia de tres era evidente se debía al escape de la joven kunoichi y que Destructor debía tener al Clan patas arriba con tal de encontrar a Karai.

Dejando de lado el no encontrarse con los del Pie, todo estaba relativamente normal, hasta esa noche. Iniciando cómo un día normal y cualquiera hasta llegar al patrullaje.

Los tres terminaban de colocarse sus trajes y demás equipamiento Ninja, una vez listos salieron y rutinariamente subieron a los techos para correr.

Ni mucho ni poco tiempo pasó cuándo se detuvieron- me preguntó que nos encontraremos el día de hoy, Krang, Pie o tal vez incluso los Dragones Púrpura, hace rato que ya nos los veo desde lo del almacén -dijo Kame con una mano acariciando su quijada, sentado a la orilla del edificio- supongo no estaría mal que fuera alguien nuevo

Mientras sea alguien que dure más tiempo que el Krang me basta -dijo Shé, sentándose a la derecha de Kame, cruzando las piernas- se confían mucho de sus armas y aún si siguen perdiendo no se toman el tiempo para siquiera aprender algún tipo de pelea

Pero gracias a eso siempre les terminamos pateando el trasero no? -dijo Kame mostrando un puño.

Tu lo has dicho -dijo Shé, aceptando el choque de puños.

Kurēn veía a sus hijos con una sonrisa ante la convivencia de ellos dos y la noche pacífica en aquellos momentos, cuándo en eso escucha un sonido familiar proviniendo del callejón a su derecha, mirando al inicio de este un portal del Krang abierto, pero para su sorpresa de este salían las tortugas disparadas hasta chocar contra el final del callejón, chocando primero contra la pared y después contra un montón de basura.

¿Qué fue ese sonido? -se preguntó Kame que lo escucho al igual que Shé.

Saquen sus armas! -dijo Kurēn a modo de órden, los jóvenes después de levantarse hicieron casó y siguieron a la mujer que había saltado hacía el callejón.

Colocándose frente al portal esperaban a que el Krang saliera, pero en vez de eso salió la cabeza de lo que parecía ser un hombre de piedra blanca con toques azules- ¿Qué es esa cosa? -preguntó Shé.

Es liderado por el Krang pero descuiden ya me enfrente a el cuando estuve en la dimensión X y sé que hacer -dijo Kame guardando su arma, rebuscando entre uno de sus bolsillos- y que bueno la última vez que fuimos traje algunos de estos -saco unos cristales de tonos azules.

Miró al hombre de piedra que estaba acumulando fuego azul en su boca, frunció su entrecejo y mientras tras de ellos Leo salía de un contenedor de basura, sacando solo su cabeza y brazos.

Tenía algunos golpes incluso un moretón en su mejilla izquierda, miró al frente y Kame lanzó las piedras al hombre de piedra de una forma peculiar, a la vez decía cómo si fuera costumbre- Buyakasha!!

Para Leo ver y escuchar eso le resultó familiar, viendo algo borroso por un momento en la silueta de Kame que le deba la espalda a su hermanito, quién los había salvado a él y sus otros hermanos una vez llegaron a la dimensión X de una forma similar contra aquella cosa que llegó a considerar tierna antes de que mostrará su verdadera forma.

El Otro Lado del ClanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora