Dulce Accidente

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Eleanor

Me levanté con un ligero dolor en mi cabeza, no había dormido bien la noche anterior, pensaba en lo que había arruinado y en cómo se debió de sentir Carson. Estaba sumergida en mis pensamientos hasta que escuché la voz de mi tía llamándome, rápidamente bajé las escaleras para encontrármela tratando de mantener el equilibrio mientras sostenía una larga pila de cajas con pan y pastelillos, me apresuré a ayudarla con las cajas y las dejé en la mesa del comedor.

-Ah, hola cielo, gracias- Escuché el agradecimiento de mi tía, quien sonreía de manera apenada, siempre se exigía a sí misma con todo, y casi no pedía ayuda para no molestar, pero yo intentaba ayudarla en todo lo que pudiera. -Cariño... sabes que no me gusta pedirlo, pero... necesito tu ayuda- Escuchar esas palabras me sorprendieron un poco, e inmediatamente dirigí mi atención hacia ella.

-Por supuesto ¿Qué ocurre? Pregunté y ella tomó una especie de lista en sus manos y habló mientras la revisaba.

-Mira, tengo un pedido gigante para el rey, y estoy algo apretada con otros pedidos que tengo por el invierno y... necesito que alguien, es decir, tu, me ayudes a llevar algunos pedidos al palacio, se que es mucho pedir, pero en verdad no te lo diría a ti de no ser porque Celia salió del pueblo y estoy demasiado ocupada...-Habló con cierto tono de pena.

-Tía Lis, sabes muy bien que puedes pedirme lo que sea, claro que te ayudaré en lo que necesites- Sonreí y ella pareció estar un poco aliviada.

-Gracias cariño, eres un sol- Sentí como me abrazó por unos segundos y luego se alejó entregándome la lista que tenia en las manos. -Estas son las cosas que tienes que llevar al palacio, ya hay un carruaje afuera con las cajas y demás, tu tarea solo será entregarlas y listo- Explicó con una sonrisa mientras yo asentía.

Me despedí de ella y luego me dirigí al carruaje que me estaba esperando, subí en el y el conductor nos llevo en dirección al palacio, nunca había estado ahí, así que ver el camino del lugar, lleno de plantas y decoraciones elegantes sin siquiera ser el castillo, me hizo emocionarme en mis adentros.

. . .

Al llegar, Eleanor se encontraba asombrada por la elegancia y el tamaño del enorme palacio, aunque solo lo había visto por la parte de entrega. El carruaje paró y la chica se bajó para comenzar a mover las cajas del carruaje hasta una especie de almacén del castillo. De pronto, estaba batallando por no perder el equilibrio con unas cajas llenas de pastelillos y postres, al darse la vuelta, se topó con alguien, ya parecía costumbre el toparse con alguien y dejar caer las cosas, porque sí, dejó caer las cosas encima de la persona con la que había chocado.

- ¡Ay lo siento tanto, no fue mi intención! - Se disculpó mientras que su corazón se detuvo al ver que una corona muy conocida rodaba por el suelo, levantó la mirada y se quedó sin aliento al ver de quien se trataba, era el príncipe, Dominik.

-Maldición, fíjate por donde...- Estuvo apunto de insultarla en mil idiomas por haberlo ensuciado, pero algo lo detuvo, y ese algo fue el aspecto de la chica, era hermosa, y él era un tremendo Casanova .

-Su alteza...en verdad lo siento tanto, señor- Eleanor se inclinó ante el príncipe, quien se encontraba intentando quitar los restos de glaseado de su vestimenta.

-Discúlpame tu a mí, no sé cómo no me fije en la belleza que estaba frente a mi- Dijo el príncipe con una sonrisa - ¿Cómo te llamas? –

Hasta que la Corona nos separeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora