El dolor agudo en mi mejilla se hizo presente al instante, la sangre recorría mi labio inferior, las lagrimas no tardaron en hacerse presentes tampoco, solo miraba borroso la escena, mi tío, Philip, se percató que la noche anterior había ido al baile, también de que no llegue a casa.
Hoy era uno de esos días en donde todo sale mal, aunque la verdad, ya no me sorprendía a este punto de mi vida, me habían pasado tantas cosas en tan poco tiempo, la perdida de mis padres, los maltratos constantes hacia mi de parte de mi propia familia, y ahora, los pedazos dispersos de mi corazón, aún seguía pensado en lo que había pasado, los dos besándose frente a mí, seguía sin entender porque me dolía tanto, ni siquiera era mi amigo, él ni siquiera me importaba ¿o sí? No, no lo hacía, o al menos eso quería creer, aunque ahora no era momento de pensar en eso.
-No se te vuelva a ocurrir desobedecerme-
-Si, lo siento- Al instante cubrí mi cara, Philip volvió a levantar la mano en señal de advertencia
-Cariño, por favor...-Escuché hablar a la tía Liss, con dificultad la vi, estaba llorando detrás de él.
-Silencio Lisset- Habló firmemente y luego se dirigió a mi- Cuando yo te hable, terminas con un ''señor'', al final de cada frase que salga de tu boca ¿Entendiste, mocosa?
-Si, señor- Logré decir, tenia la voz quebrada, intentaba no seguir llorando.
-Buena niña, ahora, sal de mi vista- Ordenó, señalando la puerta principal ¿Enserio quería que me fuera? Estuve a punto de abrir la boca, pero vi como Tía Liss negó con la cabeza, e inmediatamente apresuré el paso para irme de ahí.
. . .
El aire fresco movía mis cabellos, el galope de mi caballo combinaba perfecto con el sonido de la brisa y el canto de algunos pájaros, amaba salir a montar al bosque, me relajaba y aclaraba mis ideas.
De pronto, un disparo se escuchó no tan lejos de donde me encontraba, logrando alterar a mi caballo, haciéndome caer de él, mis ojos se cerraron, preparándome para recibir el impacto, pero eso nunca paso, en vez de eso, sentí unos fuertes brazos cargándome.
-Y yo que pensaba que nunca me iba a caer una princesa del cielo- Levanté mi vista para ver al salvador de mi trasero, era Dominik, el estaba subido en otro caballo.
-Primero, caí de un caballo, no del cielo, no se si eres ciego o alucinas- Dije bromeando y logré dar un pequeño salto para caer de pie al suelo, acto que el repitió segundos después- Segundo, no soy una princesa. –
-Pero podrías serlo- Sonrió inocentemente, cosa que se borro al instante al verme bien- ¿Quién carajos te hizo esto? – Dijo, pasando su dedo pulgar por la herida de mi labio, a lo cual me aparté de inmediato por el ardor.
-Ah, eso... Me caí intentando subirme al caballo, por cierto ¿Dónde está? – Pregunté intentando cambiar de tema mientras miraba hacia todos lados hasta que Dominik me tomó de la barbilla.
-Eleanor, hablo enserio, si algún idiota desgraciado te hizo esto, debes decírmelo ahora. – Sentenció e intenté no ponerme nerviosa ante la mirada amenazante del rubio, cosa que logré ocultar.
-Enserio, no fue nada- Dije con una sonrisa, intentando acabar el tema-
-Lo dejaré pasar por ahora. – Dijo soltándome y suspiré algo aliviada
-Ahora que lo pienso ¿Qué haces fuera del castillo? –
-Oh, salí de caza, suelo hacerlo cuando estoy aburrido- Dijo sin importancia encogiéndose de hombros.
-Ya... por eso el disparo – Dije cruzándome de brazos mientras lo miraba
-Ah si, perdón por eso, mis caballeros a veces son algo inútiles- Dijo con cierta molestia- Dejando eso de lado... ¿te gustaría cabalgar conmigo? Si es que encontramos a tu caballo, claro – Dijo riendo
-Amm... -Iba a responder, pero como siempre, una tercera voz me interrumpió.
-No creo que ella quiera eso, su majestad. -Era Carson, sonaba molesto y se acercaba con mi caballo sostenido de la rienda ¿Por qué ahora?... Cierto, era parte de la guardia real
-Eso no es de tu...- Dominik habló, pero fue interrumpido por mí.
-De hecho, me gustaría cabalgar contigo, Dominik- Dije, mientras miraba al rubio con una sonrisa, este también me sonrió de manera victoriosa y pude sentir la mirada de enfado del peli negro detrás de mí. Dominik le arrebató el caballo a Carson y me lo entregó a mí, luego me ayudo a subir tomándome de la cintura, vaya fuerza tenía.
-Dile a los demás que regresen al castillo, yo regresare más tarde- Escuche decir al príncipe, seguido de eso él se subió a su caballo y comenzamos a cabalgar, quería mirar hacia atrás, pero no lo hice.
Carson
Me había sentido un completo idiota, vi como las lagrimas brotaban de sus ojos, esos ojos que no merecían derramar una sola lagrima, pero lo hicieron, por mi culpa, había besado a una completa desconocida solo por que sí, creí que no tenia oportunidad con ella, pero lo único que logre fue lastimarla, y ahora, estaba ahí, parado viendo simplemente como se alejaban ambos, lo ultimo que vi fue como Dominik me veía con una sonrisa burlona, estaba ganándome, todo por haber cagado todo con Eleanor, intentaría recuperarla, aunque fuera lo ultimo que hiciera.
Eleanor
Había pasado casi todo el día con Dominik, y no fue tan malo como creí, el era literalmente un príncipe conmigo, caballeroso, romántico y servicial, dejando de un lado el hecho de que era atractivo. Habíamos cabalgado, hecho un picnic en el campo, me compro flores, vestidos y demás, a penas logré que ya no me siguiera comprando tantas cosas caras, finalmente me acompaño a mi casa besando mi mano, había sido un lindo día, pero solo podía pensar en el...
En Carson...
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Hasta que la Corona nos separe
RomanceUna historia épica que combina elementos de romance, intriga política y desafíos sociales. Eleanor, una joven de origen humilde, se encuentra en un dilema emocional al enamorarse del lacayo del príncipe, desafiando así las normas de la sociedad. El...