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Disculpen por haber tardado pero les prometo que valdrá la pena y me asegure de hacerlo largo para que puedan disfrutarlo por haberlos hecho esperar tanto. En fin disfruten :3






























Meses antes...


Kyle manejaba por el pueblo, estaba de cierto modo preocupado. Habían gastado todos sus ahorros en la casa que habían comprado pero ya no quedaba tanto dinero para hacer los pagos de luz, agua, comida y internet. Así que lo menos que podía hacer era trabajar por el momento, ya que tampoco hablaba con Cartman. Y tampoco él le enviaba dinero, así que se estación en la acera y decidió ir caminando para poder preguntar en varias tiendas.

Digamos que tuvo algunos problemas con su padre y no quería pedirle ayuda ni mucho menos trabajo en su oficina. Así que no le quedaba de mucho que pedir trabajo en lugares comunes fuera de su "estándar". Fue a varios lugares pero le decían o que estaban llenos, que era Omega o simplemente no lo aceptaban.

Al final decidió tomar un descanso y se sentó en una banca del parque sintiéndose cansado.

- Carajo.... ¿Por qué están difícil conseguir trabajo? Nunca me había pasado esto. Ugh. ¿Que haré? ¿Habra algún lugar? - Se preguntaba el pelirrojo sintiéndose hartó de que lo rechazarán donde pisará.

Se quedó en silencio mientras pensaba que hacer, ya no hablaba con su esposo así que tampoco lo haría ni mucho menos para pedirle dinero. Ni a sus amigos. No le gustaba la idea de pedir dinero, soltó un suspiro para luego levantarse y buscar una vez más por trabajo.

Paso por un café donde necesitaban gente para trabajo, decidió darle una oportunidad y entrar. Se acercó a la cajera por suerte estaba vacío a esa hora.

- Um, hola buenos días. Vi que había un letrero donde necesitan más empleados. ¿Puedo hablar con el gerente? Me interesaría trabajar aquí.. - Hablaba con gentileza mientras sonreía levemente.

- Oh, claro dejame buscarlo. - Comentó la muchacha que trabajaba en la caja registradora y fue a buscar al gerente. Espero paciente a que llegará y tan pronto llegó el gerente miro a Kyle con cierto desagrado.

- ¿Que desea?

- Quería preguntar si ofrecen trabajo.. Es que me interesaría trabajar, soy bueno con los números, atendiendo a los clientes. Aunque no se cocinar además puedo limpiar. - Decía Kyle mientras lo miraba. - ¿Debo de traer mi resume?

- No hará falta. - Respondió el gerente mientras suspiraba.

Kyle por un momento pensó que le darían el trabajo lo que no espero escuchar fue lo que digo después.

- Aquí no aceptamos a asquerosos Omegas en este establecimiento de trabajo. Así que será mejor que te vayas a la esquina a ofrecerte ya que ese es un mejor trabajo para ti. - Dijo mirándolo con desagrado.

En ese momento el pelirrojo lo miro molesto, no era manera de que le hablará así. ¿Quien de creía? Ese maldito e imbécil Beta.

- ¡Oye! ¡No tienes ningún derecho de decirme esas cosas! ¡Nisiquiera me conoces maldito! - Ahora se quejaba el judío enfurecido.

Estuvieron discutiendo por un rato sin saber que alguien desde lejos miraba aquel pelirrojo y solo se fue. Kyle por su lado se fue de aquella cafetería enfurecido, el descaro que tenía aquél hombre. Basura. Decidió que se iría a su casa después de tanta mierda en un día.

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Presente.


Y ahí estába trabajando 8 horas por una paga de mierda 4.50 la hora, las propinas almenos eran de él. Aunque le dolían los pies después de todo estaba en constante movimiento por tantas horas. Tan pronto vió la hora ya era hora de cerrar y comencó a limpiar las mesas, acomodar las mesas y cerrar las puertas de al frente. Camino a la parte de atrás de la cocina para ver el jefe dando la paga de la semana, tan pronto le dio el dinero contó lo que había y le sorprendió.

- Uhh Jerry, esto debe ser una equivocación.. Esto es muy poco. - Dijo Kyle mientras lo miraba.

- No lo es Matthew, esa es la paga de las horas que trabajaste.

- P-Pero solamente son 216 dólares, no me da para mis pagos.

- Tu tienes propinas, si te sientes disgustado ahí está la puerta. Puedes irte cuando quieras. - Amenazó aquel hombre.

Kyle no le quedó de otra que suspirar y aceptar el dinero, tomó su chamarra para ponerse la e irse del café que usualmente cerraba muy tarde.

Miró a sus alrededores mientras iba caminando a una parada de autobús, se sentía muy solitario aunque una cosa estaba muy seguro. Desde hace meses aquellos que lo secuestraron dejaron de vigilarlo, contando el tiempo solamente estuvieron pendiente de el por 1 mes. Quería creer que lo dieron por muerto o simplemente desaparició. Tan pronto llegó tomó asiento en un banco a esperar.

Miraba un charco en el suelo y podía ver su resplandor, ya no se reconocía. Su cabello había crecido demasiado, habían partes mal cortadas que el mismo trato de recortar pero que sería inútil de cortar así que permitió dejar selo crecer. Tenía un tinte barato pero que cubría todo el color del cabello ánimo negro, sus raíces se le podían ver pelirroja. Había cambiado su nombre ahora era Matthew Jones. Tenía ojeras muy pesadas y los labios resecos, su mirada se veía mayormente vacía y llena de tristeza pero debía de mantenerse con la mirada en alto. Quería creer que tendría la oportunidad de encontrarse nuevamente con su amado.

Claro. Si es que Eric le importa se.

Le dolía mucho como las cosas habían terminado, se preguntaba si Eric sabía que había desaparecido. Si lo estaría buscando, no sabía nada desafortunadamente. Ni siquiera tenía algún celular, de por sí se quedaba en un refugio de Omegas. Solo trabajaba, comía (y aveces) y dormía. Esa era su rutina. Estaba bastante deprimido pero al menos tenía su collar para evitar ser marcado por algún Alfa. Se sentía algo protegido por eso.

De momento vió el autobús acercándose y se puso de pie en ese instante sintió un dolor pulsante en su cuerpo, soltó un pujido mientras se abrazaba a si mismo y temblaba. Estaba asustado atemorizado, de momento vió todo borroso hasta que vió todo negro. Lo único que pudo sentir fueron unos brazos y escuchar algunos gritos pero no pudo reconocer las voces.

Lo único que podía ver era a Eric. Su marido. Su Alfa. Lo extrañaba tanto. Quería estar en sus brazos como nunca.

El Regalo Que Dejaste | KymanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora