La empresaria Wednesday Addams parece tenerlo todo. Ella es rica, cuidadosa y es considerada una de las mentes más brillantes del mundo. Repentinamente, Wednesday recibe una noticia inesperada: tiene una hija, fruto de su fracasado matrimonio con En...
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Goody despertó temprano al dia siguiente. No estaba acostumbrada a dormir hasta tarde. Solia despertar a las ocho, luego se daba una ducha rápida e iba a la cocina a desayunar junto a su momsie. Ella solia prepararle panqueques de arándanos, huevos con tocino o cereal con leche. Era muy buena cocinando. En la mesa, Goody solia parlotear sobre alguna caricatura o sus aburridas clases con la señora Debbie, su maestra de primaria. Mientras tanto, Enid la escuchaba con atención y hacia algún comentario ingenioso para animarla. Más tarde, la llevaba en la escuela o, si estaba de vacaciones, iban a pasear al parque o al supermercado a comprar lo que hacia falta.
Era la rutina familiar, y la amaba, en especial las noches en que veían peliculas infantiles en el sofá y comian hamburguesas y papas fritas. Su momsie y tios solían consentirla mucho.
-Buenos días, señorita Sinclair.
Dio un respingo cuando oyó el saludo de Cygnus. Wednesday le había dicho que si necesitaba algo no dudara en acudir a él.
-Ah... ¿hola? ¿Wednesday ya ha despertado? -Todavia le provocaba algo de incomodidad hablar mirando hacia la pared, prácticamente a la nada.
-Me temo que no, señorita.
-Entiendo.
Quizá, con todos los años que estuvo casada con su momsie, no se le pegó el hábito de levantarse con el sol.
Tardó unos minutos en arreglarse. Luego ingreso a la cocina y, en lugar de ser recibida por el embriagante aroma a comida, encontró el vacío y el silencio.
Su estómago gruño, exigiendo comida. Miró hacia todos lados, buscado una señal, mas nada. Decidió que esperaria a Wednesday por cinco minutos. De seguro, estaba duchándose o algo asi. Pero cuando el tiempo pasó, le preguntó a Cygnus.
-¿Cygnus, crees que puedas despertarla?
-Lo intentaré, señorita.
Goody espero con paciencia.
Pasado unos minutos, la figura desaliñada y cansada de Wednesday apareció en el umbral. Ella se restregaba los ojos y bostezaba una y otra vez. Goody entrevió las pronunciadas ojeras que adornaban su rostro. Lo observó arrastrar los pies hasta la cafetera, tropezando de forma graciosa en dos ocasiones.
-¡Mierda! - vociferó.
Goody rio, divertida ante la escena.
-¿Podrías prepararme algo? -pidió, endulzando la voz. También puso la mirada de perrito abandonado que siempre funcionaba con su momsie.
Wednesday, todavía somnolienta, le dedicó una mirada inquisitiva.
-¿Qué sueles desayunar?
-Panqueques -respondió al instante-. Con mucho jarabe de maple encima.