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El omega acarreado por el cansancio, subió las escaleras de su casa sin tener ganas de cenar con sus padres y su hermanita

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El omega acarreado por el cansancio, subió las escaleras de su casa sin tener ganas de cenar con sus padres y su hermanita. Jimin caminó lentamente por el pasillo de su casa, con los hombros caídos y una expresión de cansancio evidente en su rostro. Había tenido un día agotador, lleno de clases y ensayos de ballet que habían exigido lo mejor de él.

El sol se había ocultado hace tiempo, sumiendo el cielo en tonos oscuros y estrellados. Dejó caer su pesada mochila en el suelo al llegar a su habitación, soltando un suspiro de alivio. El espejo de cuerpo completo en la esquina reflejaba a un joven agotado, con el cabello despeinado y cuerpo flojo.

— ¿Hijo? —Su padre, el alfa, tocó la puerta y entró con lentitud—. Hola, cariño.

— Hola, papá —saludó desde su cama con el rostro casi sumergido dentro de su almohada.

— ¿Cansado?

— Tuvimos una coreografía intensa... Me duelen los pies.

— ¿Quieres un masaje? ¿Quieres que te traiga la comida a la habitación? Tu padre cocinó Japchae, y aún queda kimchi que hizo tu abuela.

Jimin le sonrió a su padre y se acomodó aún más en su cama, mientras que su padre se sentaba cerca suyo. Tomó su pie y comenzó a estirarlo, para luego darle leves masajes.

— ¿Te duele?

— Un poco, es que lo tengo un poco roto... Debo cambiarme las vendas.

— ¿No quieres comer?

— Debo ir a la casa de un chico porque...

— ¡¿QUÉ?! —preguntó su padre exaltado—. ¿UN ALFA?

— ¿Si...? Dios, pero papá no es lo que tu crees —el omega se acomodó en su cama y tomó ambas manos de su padre—. Es un chico que me ayudará con la clase de lectura... No me está yendo muy bien que digamos y bueno, él me dará clases particulares.

— ¿Hay que pagar?

— No, tranquilo.

El padre se quedó inmóvil, con el corazón latiendo desbocado en su pecho. Sus ojos, llenos de preocupación, se encontraron con los del hijo, cuya expresión reflejaba la espera ansiosa de una respuesta. Se acercó a su hijo y con preocupación y le habló nuevamente.

Brown EyesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora