Prólogo

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Liseth

Cinco meses atrás...

Los primeros rayos de sol se asomaban por la ventana del comedor. Me levanté del sofá del comedor de Noelia, donde había sido la fiesta.

Tenía los ojos llenos de lagañas por causa de mi maquillaje corrido al haber dormido con él puesto.

De repente noté como unos brazos me rodeaban la cintura y me atraían hacía él.

Me giré, sin ser consciente de que había dormido con alguien.

-Buenos días.-Escuché su voz y me giré, desprevenida.

-¿Qué?

Por primera vez en mi vida, había tomado tanto que no recordaba absolutamente nada.

Luca, por la cara que puso al darse cuenta de que era yo, supe que tampoco recordaba nada.

-Eso digo yo.

Nos quedamos atónitos por unos momentos y dirigimos la mirada a Noelia, que acababa de entrar al salón con la cara hinchada, recién levantada.

-Ah... buenos días.-Dijo Noe al acercarse y vernos, se quedó mirándonos un buen rato y se frotó los ojos, algo sorprendida.- P-perdón por interrumpir.-Dijo dándose media vuelta y marchándose al cuarto de nuevo.

Los demás parecían haberse marchado todos, un silencio inundó la casa y solo se escuchaba la respiración de Luca junto con la mía.

No supe porque Noe estaba tan incomoda, hasta darme cuenta de lo cómoda que estaba yo.

Dime que no, dime que no...

Bajé la mirada, y efectivamente, no tenía ropa, solo la interior.

Y él, tampoco.

-¿Me explicas como he acabado aquí? ¿Contigo?

-Lo mismo me gustaría saber.-Hizo una pausa reincorporándose para quedar frente a mí.-A ver si te piensas que me gusta el hecho de volver a acostarme contigo.

Me quedé en silencio unos segundos no supe que contestar.

-Por lo menos te pondrías condón.-Le digo al fin, pasados unos minutos.

-Liseth, no me acuerdo.

Me levanté rápidamente y me pues el vestido que estaba tirado en el suelo.

Me miré en mi reflejo del espejo que había al lado del sofá.

Lo raro era que seguía teniendo el pintalabios impecable, y Luca no tenía rastro de besos por ningún lado.

Luca también se levantó y se puso los pantalones, que también estaban tirados por ahí.

-Madre mía...-Dije agobiada, pasándome una mano por el pelo, poniéndomelo para atrás.

Luca quedó frente a mí, aún sin la camiseta.

Me daba bastante impresión volver a ver su cuerpo frente al mío. Pero sobre todo haber despertado con él a pesar de no recordar nada.

Había vuelto a besarlo, a acostarme con él... madre mía.

-Si tenías ganas de follar conmigo dímelo, no te hagas la sorprendida.-Me dijo.

-¿Crees enserio que iba a querer volver a acostarme contigo?

-Quizá te arrepientes.

-¿De qué?

-De haberme puesto los cuernos.-Dijo acercándose más a mí.- ¿Te arrepientes, no? Es eso. Ahora quieres volver.

-Ni lo sueñes, y no te puse los cuernos.

-Sigues negándolo.-Negó la cabeza, parecía estar decepcionado conmigo a pesar de todo el tiempo que había pasado.

-Es la verdad.

-¿No te follaste a otro estando conmigo?

Me quedé en silencio, eso dolía y lo peor era que no lo podía negar.

-No sabes ni que decir, eres una puta.

-No...

-¡Que no lo niegues más! ¡He visto los videos!

Había olvidado que se filtraron unos videos míos, mientras el...

-¡Me violó!-Le dije, se lo dije en varias ocasiones a los meses de que ocurriera, pero él no me creía.

-¡Mentira!

-¡Que es verdad! Luca, ¡Es verdad!-Una lagrima calló por mi mejilla, no quería recordarlo.

-¿Entonces porque sigues con él? Si realmente te hubiera violado me lo hubieras dicho, no me hubieras dejado, y no seguirías con él.

-Ya no estoy con él.-Le aseguré.

-Por eso te has acostado conmigo.

-¡No recuerdo nada! Joder.-Le grité tanto que noté como me ardía la garganta.

Él se quedó paralizado por unos momentos. No se porque pero supe que estaba pensando en si era verdad lo que le había dicho hace unos segundos, pero comenzó a negar con la cabeza.

-Eres una manipuladora.

-No necesito que me creas.-Mentí.

-Que te den Liseth.

Buscó la camiseta por el suelo y se marchó.

Quise corre detrás de él, pero supe que no valdría para nada.

La realidad es que lo echaba de menos.

Lo echaba tanto de menos que haría lo que fuera en ese mismo instante para que me creyera y para sentir su apoyo. No iba a negar que al verlo a mi lado recién levantado se me removió algo por el estomago, y pensé que era mi oportunidad, pero nunca iba a creerme.

¿Otra vez contigo? Ni loca.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora