Capítulo 1

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-Tía, ¿te falta mucho?-Me preguntaba Noelia dando vueltas por mi habitación mientras me sentaba en la maleta para poder cerrarla y hablaba por teléfono con mi abuela, la cual se estaba despidiendo de mi y no para de decirme lo típico: Abrígate, come bien, hace frío llévate bufanda, estudia mucho, ves llamándome bla bla bla...

-Vale abuela...-Miré a Noe pidiendo ayuda con la maleta y ella rápidamente se sentó encima y me ayudó a cerrarla haciendo maniobras.-Que si... si... comeré bien. Estaré bien abuela.-Rodé los ojos.-Vale... vale... Vale abuela, te quiero, adiós... adiós...-Y por fin colgué.

-¿Podemos irnos ya? Nico nos está esperando en el coche.

Nico era su novio y nos esperaba un largo viaje hasta Barcelona. Eran seis horas en coche pero a mi se me hacía eterno, casi como si fueran catorce horas.

-Me tengo que cambiar.-Dije.

-¡Venga ya! Así estas perfecta.

Abrí el armario sin hacerle mucho caso y rebusqué en el armario. Me decanté por unos tejanos azul clarito de campana y un jersey rosa que me encantaba. Me recogí el pelo rubio oscuro,  casi castaño, con una pinza también rosa que vi a mano y cogí la maleta, lista para salir.

-Literalmente llevas puesto lo mismo de siempre.

-Mentira.

Ambas cogimos nuestras maletas con todo lo necesario para todo el curso y salimos. Antes de salir por la puerta me despedí de mis padres y de mi hermano pequeño, pero cuando mi madre empezó con lo mismo que me había repetido la abuela cien mil veces salí lo más rápido que pude y cerré la puerta en sus narices.

De repente me asusté por el pitido del coche de Nico, que estaba en frente de mi casa.

-No entiendo porque las mujeres tardáis tanto.-Dijo Nico mientras entrabamos al coche. Noe se puso delante con él mientras que yo me senté atrás con Pau.

Pau asintió con la cabeza.

-¿Nos vamos ya o que?-Dijo Pau.

-Falta una parada, y ya nos vamos.

-¿Una parada?-Miré a Nico extrañada.

Noe lo miró con cara asesina.

Oh oh... esto no pintaba muy bien.

-Quiero decir...

-La gasolinera.-Dijo rápidamente Noe, sonriendo.

Pau estaba callado, raro en él.

De repente todos estaban actuando extraño. Fruncí el ceño.

-¿Que me ocultáis?

-¡Nada!-Dijeron los tres al unísono.

-¿Que te íbamos a ocultar?-Dijo Noe sin quitar ESA sonrisa de su cara.

Fruncí aún mas el ceño.

Hasta que unas calles mas abajo el coche frenó y todos nerviosos se mantuvieron en silencio.

Despegué la vista del teléfono y levanté la mirada hacia la cara de mis amigos, los cuales estaban... muy raros.

-¿Que pasa?-Dije.

Aparté la mirada hacía la calle.

Y lo entendí todo.

-¿Me estáis vacilando?

-Creo que no.-Dijo Pau, con una gran sonrisa nerviosa.

Estábamos en frente de la casa de Luca, el cual no tardó en salir de casa y al abrir la puerta y encontrarme dentro la cerró de golpe.

¿Otra vez contigo? Ni loca.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora