Capitulo 2

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El castillo de arena estaba torcido.

Un puchero se instaló en los labios de Jimin al ver que no estaba funcionando su manera de entretenerse. Esa arena era tonta. No quería ser embellecida al ser construida por el próximo rey que viviría en ese castillo.

Los domingos eran los días que más disfrutaba Jimin, su madre se juntaba con la madre de Jungkook para tomar el té. En esta ocasión, su casa había sido la elegida para pasar aquella divertida tarde.

Sus mejillas enrojecieron al pensar en el pelinegro. Jungkook había cumplido nueve y el cabello le había crecido un poco, casi le llegaba a los hombros. Era tan brillante que el menor siempre quería jugar con el. Jimin podía suspirar solo con pensar en Jungkook, creía que se veía más guapo incluso que sus príncipes de juguete.

La puerta fue abierta con fuerza haciendo que Jimin se sobresaltara al estar en el jardín del frente de su casa. Volteó a ver que era lo que pasaba y era Jungkook saliendo de la casa a toda prisa.

Jimin se paró tan rápido como sus cortas piernas y brazos le permitieron, y corrió hacía el mayor.

—¡Kookie! ¡Koooookie!

Jimin pudo alcanzarlo cuando estaba por salir del jardín.

—Dime —Un sonriente Jungkook lo recibió.

—¿Donde vas tú? —Jimin frunció un poco el ceño.

—Jimin, recuerda que en tu última lección te corrigieron el como hacer las preguntas —Jimin sintió sus mejillas calentarse. Su mamá le había dicho que se llamaba sonrojarse, el no entendía, pensaba que estaba enfermo.

—Bueno, ¿Tú a donde vas?

—Tengo un partido de fútbol con mis amigos.

—¡Oh! A mi me gusta el fútbol, yo voy —Jimin canturreó mientras aplaudía y sonreía tan grande que sus ojos desaparecieron. Ni siquiera Jungkook se podía resistir.

Una pequeña sonrisa se formó en los labios del mayor.

—No, no puedes ir —Dijo dulcemente mientras se agachaba para quedar a su altura.

—¡¿Po que no?!

Jungkook ni siquiera le corrigió el habla, ya iba tarde al partido. Le había costado muchísimo que su madre le diera permiso, ya que se suponía que estaban "en la hora del té". No tenía tiempo que perder y mucho menos con las preguntas de Jimin.

—Por que es para niños.

—Pero yo soy un niño... —Jimin ladeó su cabeza confundido.

—Para niños grandes quise decir —Jungkook apretó la mejilla del menor y volvió a su altura normal.

—Mamá dice que ya soy un ñiño grande, tengo así —Dijo triunfante mientas enseñaba su mano abierta, enseñando que tenía cinco años.

—Exactamente por eso —Jungkook rió y se agachó a darle un pequeño beso en la mejilla a Jimin—. Te veo después, enano.

El menor solo se quedó quieto mientras veía a Jungkook correr calle abajo.



                                               ***


La sociedad de los lobos había cambiado a través de los años. Habían dejado de ser tan salvajes y dejarse llevar por su lobo interno. Claramente todavía existía la jerarquía donde los alfas eran el rango superior, siendo los más fuertes y respetados, pero había quedado muy atrás el omega débil que era maltratado por su dominante. El comportarse como animales había quedado muy atrás.

Destinados || KooktaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora