✡ Epílogo ✡

191 23 3
                                    

La impertinente guerra siguió su curso, aumentando aún más la violencia y la devastación que traía consigo. El régimen nazi continuó con su política de represión, llevando a cabo actos atroces, en el que millones de personas fueron asesinadas en los campos de concentración. Los alemanes dirigidos por Adolf Hitler, buscaron imponer su dominio a través del exterminio de los judíos.

Jeon Jungkook pudo pasar desapercibido gracias a su cargo privilegiado. Hizo todo lo posible por cumplir con la promesa que Taehyung le había encomedado, sin dejar de luchar valientemente contra la opresión.

Entregó su corazón a la causa de resistencia, sabiendo que la guerra iba a durar un tiempo. Arriesgó su posición en varias ocasiones para ayudar a algunos judíos que necesitaban apoyo. Entabló amistad cercana con ellos y se esforzó por esconderlos. Incluso les proporcionó documentación falsa y trabajos clandestinos para protegerlos de la persecución.

A través de sus acciones valerosas y altruistas, alentó a más personas a seguir enfrentando la oscuridad.

Finalmente, la Segunda Guerra Mundial llegó a su fin en 1945, con la derrota de Alemania y sus aliados. La rendición marcó el fin de la crueldad en Europa y se estableció la victoria como principal potenciación motora. Se llevaron a cabo una serie de eventos para reconstruir el continente europeo y el mundo en general. Establecieron organizaciones internacionales para promover la paz y la cooperación entre las naciones. Por si fuera poco, también se ejecutaron juicios contra los responsables de crímenes de guerra y genocidos de aquel período.

Jungkook pasó varios meses buscando a Taehyung entre los registros de los campos de trabajo. Hasta que después de tanta búsqueda, encontró los nombres de Taehyung y su familia señalados como fallecidos.

Este descubrimiento desgarrador, sumergió a Jungkook en un océano de tristeza. Cada día se fue transformando en una batalla contra sus propios demonios. Las noches se volvieron eternas, llenas de pesadillas y recuerdos dolorosos con los que alguna vez paso junto a su amado.

Hubo pequeños instantes momentáneos en los que sintió que ya no podía aguantar seguir respirando. La carga que llevaba era demasiado pesada como para soportarla. Sin embargo, la voz de Taehyung resonaba constantemente en lo más profundo de su subconsciente, con palabras de aliento y esperanza que le recordaban el sacrificio que había hecho con tal de que Jungkook trazara su propio camino.

Tomó la decisión de seguir adelante y construir una familia que pudiera prevalecer su legado. Contrajó matrimonio a temprana edad con una generosa chica que conoció durante su etapa de depresión. Un proceso muy lento con el que tuvo que lidiar después de tantos traumas que lo perseguían.

Una vez que sano por completo, le dieron de alta del psiquiatra. Gracias a su estable condición, pudo criar a su hijo junto con su esposa de una mejor forma. Aunque nunca olvidó todo lo que ocurrió, encontró consuelo y felicidad en las pequeñas alegrías que su espacio le ofrecía. La llegada de su nieto, Yeonjun, fue la más especial de todas. Ver crecer a su familia y ser testigo de como iban desarrollándose, le llenó el corazón de gratitud y ternura, esperando que se mantuvieran siempre saludables. Cuidó de su nieto con todo su amor y dedicación, sabiendo que el universo le había regalado una segunda oportunidad que no podía desaprovechar.

Jungkook recibió un premio por su contribución en la liberación de la comunidad judía, un acontecimiento muy emotivo que lo marcó de por vida. Se sintió realmente honrado y agradecido de poder haber hecho algo positivo por aquellos que habían sufrido tanto. El reconocimiento también le recordó el valor de la compasión y la solidaridad que se encargo de mantener.

Renovó su compromiso de seguir siendo una persona bondadosa. Guardó el medallón de Taehyung como un recordatorio constante de su pasado, pero decidió no hablar sobre ello con nadie. Había aprendido a aceptar lo que había vivido y a avanzar hacia al frente, sin permitir que el dolor viniera a consumirlo de nuevo.

En cambio, se enfocó en disfrutar su presente.

Con el paso de los años, Jungkook envejeció con dignidad y sabiduría. Mirando hacia atrás con agradecimiento por todas las experiencias que le fueron atribuidas. Tanto las buenas como las malas, contribuyeron de gran manera a moldear la persona en la que se había convertido actualmente.

A pesar de que la vejez y la enfermedad habían debilitaron poco a poco su cuerpo, su mente seguía lúcida. Cuando fue el momento exacto de compartir su historia con su nieto, comprendió que debía dejar por fin todo atrás. Le narró a Yeojun cada detalle de aquellos hechos, sin ocultar nada y sin intentar justificar sus acciones. Le habló de los horrores que presenció y cometió, de la culpa que lo atormentó durante años y del proceso de redención que había experimentado a lo largo de su vida.

Yeojun escuchó atentamente, con los ojos llenos de asombro y compasión por su abuelo, ententiendo todo por lo que había pasado siendo un oficial nazi.

Aquel día todo transcurrió de manera normal, hasta que a la mañana siguiente, el joven Yeojun recibió una llamada del hospital, dandole la noticia de que su abuelo había dejado este mundo en calma.

El día en que Jungkook falleció, dejó un vacío inmenso en el corazón de Yeojun. A pesar del dolor de la pérdida, decidió honrar la memoria de su abuelo de la mejor manera significativa. Quiso encontrar un lugar especial donde descansaran sus cenizas, un lugar donde pudiera sentirse en paz y ser recordado con cariño.

Sus padres inicialmente no estuvieron de acuerdo con la decisión de Yeojun, puesto que los restos de su abuela descansaban en el mar, así que creyeron que lo mejor era dejar los de Jungkook también allí. Después de una larga conversación con sus progenitores, por una vez escucharon su petición sin reprochar absolutamente nada. Los hizo reflexionar sobre el vínculo especial que habían tenido su abuelo y su amado, algo que no pudieron ser capaces de ignorar.

No fue mentira que su abuela había sido una muy querida esposa, sin embargo, Yeojun se dio cuenta que ella aceptó desde hacía mucho tiempo, que el corazón de Jungkook tenía dueño y jamás pudo cambiar eso. Respetó los sentimientos de su marido y se mantuvo a su lado, formando una relación de amistad que atesoró hasta el día de su muerte.

Jungkook no merecía estar alejado de la persona que tanto había amado, por esa razón, Yeojun esta vez quiso hacer lo correcto.

Se dispuso a cumplirle su mayor deseo.

En los días de luto que transcurrieron, una mañana bien temprano, Yeojun visitó la tumba de su abuelo cargando un ramo de flores frescas y coloridas que pudiese embellecerlo. El aire que circulaba y acariciaba dulcemente su rostro era sereno mientras caminaba con paso firme.

En cuanto estuvo enfrente de las dos tumbas, el joven Yeojun depósito con delicadeza el ramo sobre las dos lápidas. Observó con emoción como los pétalos de las flores se desplegaban con la brisa en un espectáculo vibrante que aromatizaba el oxígeno.

Se inclinó haciendo una reverencia de gratitud, a su abuelo por haberlo instruido desde pequeño y a Taehyung por haber sido alguien muy importante en su vida, a quien seguramente le hubiera gustado conocer mejor.

Justo cuando tuvo la intención de retirarse del cementerio, en un instante mágico y sorprendente, un rayo de sol se infiltró entre las nubes. Iluminó el mármol con una luz dorada que resplandecio fugazmente, formando la imagen de dos figuras abrazándose nostalgicamente que se proyectó sobre la superficie pulida. Sintió con aquella visión que Jungkook y Taehyung por fin estaban juntos en paz y en armonía, listos para compartir la eternidad que los esperaba en el más allá.

Yeonjun se retiró conmovido, llevando consigo el medallón plateado que tanto había contado. Esta vez con dos fotos guardadas en su interior, una de su abuelo y Taehyung. Miró aquel  preciado tesoro, con la certeza de que, aunque el mal los había separado, sus almas estaban predestinadas a encontrarse en otra vida.

Nunca podrán olvidar.




El amor en guerra...

dolor entierra, pero siempre...

la esperanza impera.











Fin






Espero que te haya gustado esta pequeña historia, la hice con mucho amor y cariño para compartirla con mis lectores! Gracias <3

Love in War ᴷᵒᵒᵏᵛDonde viven las historias. Descúbrelo ahora