Capítulo III

7 0 0
                                    

Los milagros llegan cuando menos los esperas.

¿Pero que acaso era tan malo soñar? ¿Era tan malo creer que dos personas en este mismo planeta, en este universo, en esta galaxia, pudieran sentir una mágica conexión nunca sentida hacia otra criatura? (bueno quizás solo con mis gatos).

Cuando noté que la cafetería estaba cerrada y me enteré de que se quedaría así por varias semanas, no pude evitar sentir que el cielo me estaba castigando. Que quizás no era para mí este sentimiento. Creí que, así como la vida me lo quería dar, de la misma manera me lo quería arrebatar a toda costa; no lo sé, tal vez no estaba preparada para que mi corazón creciera. Y no es que yo fuera una mala persona, pero quizás, alguien allí arriba o aquí abajo me estaría protegiendo para evitar ese famoso «mal de amores», no lo sé, eso creí, que él no era para mí.

A veces me gustaba hablar con mi otro «yo», con ese que es fuerte, valiente y lleno de tanta razón; ese «yo» que en la vida real se atrevería a lo que sea, aun e hiciera el ridículo. Ese «yo» que teme, pero a pesar de ello, sabe que el valor de su corazón es más grande que cualquier miedo. A veces sentía que ese «yo» estaba tan lejos de la verdad, pero me acordaba que, a pesar de todo, habitaba en mí, porque existía y aún existe, porque «soy», y aunque dé miedo aceptarlo, hacerlo o intentarlo, yo podía, puedo y podré, aunque a veces sienta que no.

"El miedo es ese escalón que te sube a la cima o te empuja hacia una dolorosa caída, depende de ti cómo lo uses".

En mi caso, a veces prefería creerlo, creer que era una mujer valiente. Sé que lo podía hacer, lo podía lograr: poder evitar la vergüenza, los temores, esos demonios que están apoyándose, impidiendo levantarme e incluso sosteniéndose de mis pies, tratando de arrastrarme hacia el suelo y más allá de él; pero al final, supe que desear esquivar los baches, tratar de evitar las caídas y el miedo, únicamente me arrastraría más a él.

Una vez aprendí que, si deseas evitar algo, un sentimiento o una emoción; si deseas eliminarlo, ignorarlo, esquivarlo, sería el peor camino para lograrlo, porque es tanto lo que te enfocas en eso, que eso, se enfoca en ti y no te deja ir. Lo mejor que puede hacer es mirarlo a los ojos y aceptarlo; hacer lo contrario para que el día menos pensado, aquello, ya no te tenga a ti, si no tú a él.

Aquel chico de la cafetería tenía algo que no lo puedo explicar en palabras, necesitarías sentirlo porque con la voz no basta.

Entonces, ese momento en el que una persona tan ajena en un instante se vuelve tan cercana al otro, se apoderó de mis días y noches; de cada uno de mis pensamientos; de mi tranquilidad y paz; de mi poesía y de cada uno de mis suspiros. Esa persona que ya no la sientes extraña, te hace ver que merece toda la maldita pena del mundo. Y si teníamos una posibilidad, quizá un día se volvería parte de mi mundo. No me importaba que al final lo pusiera de cabeza

"No importa que el final sea doloroso si el comienzo es maravilloso".

Después de conocerlo, ya no le temí al dolor, es más, el dolor me hizo sentir viva.

Aquel que teme el sufrir, también teme vivir, porque vivir sin sufrir, te aleja de ser feliz. Es fundamental comprender que, la felicidad no es la meta, la felicidad son esos breves momentos en la vida, esos instantes pequeñitos, pero llenos de tanto. No importa que te encuentres con la tristeza, el enojo, la decepción, porque no durarán por siempre. Al final, la felicidad estará allá, esperándote con los brazos abiertos, para decirte que: este nivel lo has superado y que estás listo para aprender y tener nuevas experiencias.

"Si deseas el arcoíris, tendrás que abrir la puerta a la lluvia".

Me puse muy filósofa tratando de regular mis sentimientos, siendo mi propia psicóloga y matando el tiempo e incluso a mis pensamientos que estaban más vivos que nunca.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Apr 17 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

EL CAFÉ DE LOS VIERNESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora