GHOSTFACE | THEODORE NOTT

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El final del día llegó más rápido de lo que tn esperaba. Mientras los rayos dorados del sol poniente se despedían del horizonte, los pasillos de Hogwarts comenzaron a resonar con el ruido de los estudiantes que se dirigían al Gran Comedor para cenar. Sin embargo, esa noche, tn no sintió el más mínimo apetito. Prefería refugiarse en su dormitorio, buscando consuelo en las páginas de un libro, mientras el mundo a su alrededor seguía su ritmo vertiginoso.

Su tranquilidad fue interrumpida por unos golpes en la puerta. Por un momento esperó ver a Pansy entrar con alguna noticia o chisme del día, pero, para su sorpresa, fue Theodore Nott quien apareció. Sin decir palabra, entró y se arrojó en la cama junto a ella, rompiendo la solemnidad del momento con la ligereza de su presencia.

—Sólo quería dejar claro que si a ti también te han echado de tu habitación, no dormirás aquí.—dijo tn, sin levantar la vista del libro, con la esperanza de disuadir cualquier idea que pudiera tener.

Theo se río sarcásticamente, jugando con un encendedor que sacó de su bolsillo.—No necesito que me echen de mi habitación para decidir dormir aquí.—respondió con un brillo travieso en sus ojos.

—¿Ah, sí?.—Respondió tn claramente indignada, pero con una sonrisa escondida en sus labios.

El silencio reinó durante unos minutos, sólo el sonido de las páginas al pasar llenó el espacio entre ellos. Finalmente, Theo rompió el silencio.—¿Vas a ir a la fiesta?. preguntó, casualmente.

—Por supuesto que voy, ¿te imaginas una fiesta en esta escuela sin mí?.—Respondió tn, cerrando el libro con un chasquido, ya decidido a cambiar el curso de la noche.

Aproximadamente una hora después, Pansy también llegó al dormitorio y comenzaron los preparativos para la fiesta.

Theodore desempeñó el papel de audiencia, observando cómo las dos chicas se preparaban. Intentó, entre una conversación y otra, resistir la tentación de encender un cigarrillo dentro del dormitorio.

—No te atrevas a encenderlo aquí, Theo.—advirtió Pansy, su tono serio, pero sus ojos brillaban con la emoción de la noche que estaba por comenzar.

Theodore simplemente puso los ojos en blanco y volvió a guardar el cigarrillo en su bolsillo, resignado. tn observó su interacción, sintiendo una extraña mezcla de gratitud y aprensión.

Pansy, con su meticulosa atención al detalle, ajustó cada centímetro de su vestido frente al espejo, mientras tn repasaba su propia apariencia, asegurándose de que cada elemento fuera perfecto para la próxima fiesta.

Theodore, por otro lado, ocupaba una posición cómodamente encorvada en la cama de tn, sus ojos recorriendo críticamente a las dos amigas mientras se preparaban.

—Pronto te quedarás sin ropa.—bromeó.

—Cállate.—respondió tn sin perder el ritmo, arrojándole una almohada. La almohada voló por el aire con una precisión impresionante, pero Theodore la atrapó en el último segundo, riendo.

Pansy se río y su reflejo en el espejo capturó la diversión del momento.—Veo cómo te miran los otros chicos.—continuó Theodore, todavía bromeando, pero con un tono un poco más serio debajo de la broma.

—¿Eres nuestro padre por casualidad?.—Espetó Pansy, volviéndose hacia él con una mirada desafiante. Sabía cómo lidiar con los comentarios de Theo; años de amistad los habían entrenado para este tipo de interacción fraternal.

tn, terminando de arreglarse el cabello, miró a Theodore con una expresión de divertida exasperación.—Theo, si vas a comenzar con tus conferencias, puedes irte ahora y encontrarnos allí más tarde.—bromeó, sabiendo que en el fondo sus comentarios provenían de un lugar de preocupación, incluso si él nunca lo admitiría. abiertamente.

Theodore levantó las manos en señal de rendición, todavía con una sonrisa traviesa.—Solo digo, prepárate para defenderte de los buitres. No estaré allí para ayudarte todo el tiempo.

—Como si necesitáramos tu ayuda con eso.—respondió Pansy, dándole un último toque a su lápiz labial antes de volverse hacia tn.—¿Estamos listas?.

tn los miró por última vez a ambos, sintiendo una ola de camaradería y complicidad.

—Muy lista.—confirmó, agarrando su bolso y saliendo del dormitorio.

[...]

Había una energía electrizante en el aire; una mezcla de emoción y un poco de rebelión, atenuada con la sensación de seguridad proporcionada por las recientes afirmaciones de Dumbledore de que el castillo estaba más seguro que nunca.

Al entrar, Theodore y Pansy fueron inmediatamente absorbidos por el remolino de Slytherin, saludando a sus amigos y uniéndose al baile y la animada conversación. tn, sin embargo, se movió con menos prisa, recorriendo con los ojos la habitación, claramente buscando a alguien. La mención de una fiesta siempre traía la promesa de encuentros inesperados, y tal vez tn esperaba que algún compañero de Hufflepuff hubiera cruzado las barreras de la casa para unirse a la celebración.

El volumen de la música aumentó y el murmullo de la conversación se intensificó cuando Draco Malfoy y Blaise Zabini irrumpieron en el centro de la habitación, cada uno con una botella de alcohol en la mano. El dúo, con sus pasos un tanto inseguros y sus amplias sonrisas, parecía ya estar bajo la influencia de alguna sustancia intoxicante, ya fuera líquida o humeante.

Draco, al notar a tn en su búsqueda solitaria, se dirigió hacia ella con una sonrisa traviesa.

—¿Buscas a alguien en particular, o simplemente sentido común para no sumarte a esta locura?.—preguntó ofreciéndole una de las botellas.

tn aceptó el gesto, pero su respuesta fue desviada por un nuevo revuelo en la entrada. Entre la multitud, una figura familiar con una bufanda amarilla y negra, los colores de Hufflepuff, se dirigió inesperadamente a la fiesta de Slytherin. Era lo que tn esperaba, pero quizás no en las circunstancias que imaginaba.

—Creo que encontré lo que estaba buscando.—dijo tn, con los ojos iluminados por una mezcla de sorpresa y emoción. Le devolvió la botella a Draco y se abrió paso entre la multitud, hacia el nuevo visitante.

Draco miró a Zabini, quien levantó una ceja divertido.—Parece que va a ser una noche interesante.—comentó Zabini, antes de que ambos se volvieran a mirar a tn, curiosos por ver cómo se desarrollaría esta interacción inusual entre Slytherin y Hufflepuff en la sala común, ahora transformada en un caldero efervescente de festividades y encuentros inesperados.