A través de mis ojos [KidouxFudou / Side RanTaku]

Parte 2: Tormenta.

Nota de Autor: ¡Hola! Nuevo capítulo, con reencuentro de Kidou y Fudou. Aviso de que cronológicamente el prólogo, va después de este capítulo.

**

Kirino decidió después de que Fudou le contara aquella historia, que se metería de lleno donde no lo llamaban y que haría todo lo que estuviera en su mano para encontrar una forma de que su tutor y su entrenador volvieran a hablar, convencido que de eso a volver salir solo habría un paso.

Su convicción no se basaba en algo real y sólido, sino en la fantasía de un reencuentro romántico y de una inocente percepción del amor. Pero era suficiente para motivarlo a actuar a espaldas de Fudou por lo que estaba seguro era el bien de aquel joven al que quería tanto.

A pesar de eso Fudou comenzó la semana con una dura prueba para la convicción de Kirino, pues no preparó nada para llevar de comer después del entrenamiento de fútbol. Kirino lo miró con reproche antes de ir a la escuela, aquello no le iba a sentar bien a nadie en el equipo de fútbol pues todos se habían mal acostumbrado a las meriendas que les preparaba el adulto.

Seguro que se sentirían enormemente defraudados cuando apareciese sin nada para comer, sobre todo el entrenador Kidou. ¿Cómo podía lograr que se volvieran a llevar bien sin la comida de Fudou qué era lo único que tenía como punto de unión?

Solo de pensar en que quizá por culpa de eso Kidou no querría volver a hablar con el otro adulto se le hizo un nudo en el estómago. Y fue aquella la razón por la que decidió gastar el dinero que tenía ahorrado para comprar una videoconsola nueva en una tienda de comida casera. Compró onigiris para todo el equipo además de para los entrenadores, con la esperanza de que nadie notara nada y la cartera disminuida considerablemente.

Su plan estuvo a punto de salir bien, nadie notó nada raro en aquellos onigiris mientras comían animadamente tras el entrenamiento. Excepto una persona.

Una única persona se dio cuenta de que aquella comida no había sido cocinada por Fudou, la única persona a la que Kirino deseaba engañar y la única persona por la que había malgastado su dinero en un plan estúpido si lo pensaba fríamente.

El adolescente comía su onigiri con el entrecejo fruncido lo suficientemente cerca de los entrenadores para oírlos hablar pero lo suficientemente lejos para que no parecía un acosador y pudiera pasar como una posición casual. Pero al oír la voz de la profesora Otonashi no pudo evitar girarse perplejo hacia el grupo de los tres adultos.

"¡Endou deja de engullir los onigiris como si fueran caramelos! Hermano, ¿no te han gustado? Apenas has probado el tuyo."

"Si no lo quieres me lo como yo."

"Quita, Endou."

Kirino vio como para desesperación de Kidou, Endou consiguió quitarle su onigiri y lo hizo desaparecer por arte de magia en su boca. El entrenador de las gafas verdes resopló y se frotó las sienes de una manera que a Kirino le recordó mucho a su tutor.

"¿Qué te ocurre, hermano?"

"No es nada en realidad," comentó Kidou, pero en su voz había una nota triste. "Supongo que ya se ha cansado de prepararnos comida."

Kirino no pudo evitar gritar por la sorpresa y entonces los tres adultos lo vieron, Kidou frunció las cejas y el adolescente notó una dura mirada a través de los cristales tintados, enseguida sintió un estremecimiento por todo el cuerpo, acababa de delatarse él solito.

"Kirino, espérame a la salida."

"Sí, entrenador Kidou," respondió rápidamente el pelirrosa maldiciendo su suerte y con el corazón latiendo con fuerza, ¿cómo se había dado cuenta Kidou de que los onigiris no los había preparado la misma persona?