Parte 5: Golpe de calor.

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Nota de Autor: Casi me olvido que hoy tocaba subir capítulo de esta historia.
La verdad agradezco mucho a toda la gente que últimamente me comenta porque me dais la vida y motivación para seguir escribiendo ;w;  Me encanta leer vuestros comentarios, muchas gracias.

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El viernes fue Kirino quien despertó antes de los dos, no porque quisiera hacerlo sino porque de repente sintió en sueños la inminente y urgente necesidad de ir al baño y despertó en consecuencia. Al abrir los ojos y levantarse descubrió que las cosas no habían mejorado en absoluto respecto al cambio de cuerpos. Él seguía dentro del cuerpo de Fudou, resopló resignado a aquello y se dirigió a grandes zancadas al cuarto de baño.

Era cierto que él llevaba bien el cambio, Kirino se había adaptado fácilmente a la rutina de su tutor e incluso se divertía ayudando a sus vecinos con los diferentes encargos de unos y otros. Además sabía que no podían hacer mucho por cambiar la situación por lo que era mucho mejor sencillamente dejarse fluir hasta que esta se revirtiera por sí misma.

En especial tras un peligroso y desesperado intento por parte del adulto para volver a la normalidad que involucró un humidificador, un video de 10 horas de sonidos relajantes de tormenta y truenos (Kirino nunca entendería que tenía aquello de relajante) y una lámpara en mal estado con los que Fudou intentó recrear una tormenta. Pero si bien el joven era una persona especialmente brillante intelectualmente aún no tenía la capacidad de cambiar el clima y lo único que lograron fue que hubiera un cortocircuito que produjo un apagón en todo el edificio. Tras aquello el adulto decidió no arriesgarse con métodos cuya fiabilidad no estuviera empíricamente demostrada, fuera lo que fuera que significase eso.

Al volver del baño el móvil de su tutor se iluminó y comenzó a sonar la alarma del despertador, un estridente sonido por el que Kirino desearía tirar el móvil por la ventana. Fudou abrió los ojos rápidamente, algo que maravilló al adolescente pues él era de despertar lento. Fudou parpadeó y no supo qué le sorprendió más, si la falta de progreso en el cambio de cuerpos o ver a Kirino despierto. Volvió a parpadear, no, en verdad sí sabía que le sorprendía más, ver a Kirino despierto tan temprano era algo que solo pasaba una vez cada mil años.

Bostezó ruidosamente y se incorporó de la cama, Kirino le sonrió y se marchó con él hacia la cocina a pesar de tener todavía mucho sueño y que la cama le llamaba tentadoramente con sus sábanas deshechas y su colchón todavía tibio por sus cuerpos. El adolescente creyó que si una sirena tuviera que atraerlo hacia las profundidades del mar con tentaciones para devorarlo hasta los huesos sin duda aquella sería la más efectiva, cantarle sobre camas mullidas en las que descansar confortablemente.

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"Hoy hace ya cuatro días desde que cambiamos de cuerpo," observó Fudou mientras desayunaban, Kirino vio como se frotaba los agotados ojos y volvía a bostezar.

"Al menos ya es viernes. Mañana y pasado podrás descansar, parece que lo necesitas, hoy tienes aún más ojeras que ayer."

Fudou alzó la mirada de su arroz con una ceja muy subida y se pasó los dedos por debajo de los ojos celestes donde habían aparecido unas feas marcas negruzcas. Luego se encogió de hombros.

Aquel día se marchó más tranquilo que el resto de la semana. Quizá en parte porque ya se había resignado a vivir aquella situación hasta quién sabe cuándo, también ayudaba mucho que su tobillo apenas doliera ya y pudiera caminar con casi normalidad; pero sobre todo, era por aquella calidez que se había alojado en su pecho al saber que Kidou quería cenar con él, como una cita.

Simplemente aquella idea, simplemente aquel hecho, simplemente aquella proyección a futuro ayudaba a levantarle el ánimo de una forma que hacía mucho tiempo que no sentía. Kidou quería cenar con él.

A través de mis ojos [KidouxFudou / Side RanTaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora