A través de mis ojos [KidouxFudou / Side RanTaku]

Parte 8: Museo de Ciencias.

Nota de autor: Nos acercamos al final =D

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El martes cuando los amigos de Kirino se enteraron de lo ocurrido con Kariya el día anterior se echaron a reír fuertemente.

Era la última hora de la tarde, el profesor no había podido acudir y les habían dado permiso para marcharse a casa si así lo deseaban, aunque como la mayoría de los alumnos tenían actividades de sus clubes después solo unos pocos se habían ido.

Así era el caso de los amigos de Kirino, esperando a que pasara la hora para ir al Club de Fútbol decidieron usar ese rato para autoestudio, aprovechándose de las nuevas y sorprendentes habilidades de Kirino no solo en matemáticas sino en el resto de asignaturas.

Pero Hamano aburrido tras un rato de estudio y tras comprender finalmente el proceso de aplicación de una fórmula química, decidió que era buen momento para preguntarle a su amigo pelirrosa por lo ocurrido el día anterior y este llevado por su ritmo les contó lo sucedido en el tejado.

Bufó mirando como todos se partían de risa, ganándose una miradas enojadas de los compañeros que querían estudiar, Fudou se preguntó si aquel grupo era capaz de tomarse algo en serio que no fuera el fútbol. Antes de conocerlos siempre creyó que era un grupo de chicos buenos y sensatos; pero conforme los conocía se daba cuenta de que eran unos cabezas huecas y si bien eran buenos también tenían un lado sorprendentemente burlón y caótico cuando se juntaban.

Aquel momento lo estaban disfrutando especialmente Kurama e Ichino, que sabían que el pelirrosa no era en verdad Kirino sino Fudou y que no tenían el problema de Shindou de querer mantener la reputación de su amigo a pesar de las dificultades que el adulto ponía para ello.

"En realidad no me sorprende saber que a Kariya le gustas, Kirino," dijo Ichino con ojos brillantes. "A pesar de llevar una semana insoportable está todo el rato mirándote."

"No digas algo así, es perturbador," gruñó Fudou frotándose la frente.

"Aunque pensar que al principio le caías mal porque le recordabas a un cangrejo, que idiota," se rió fuertemente Hamano ganándose una sonrisa incómoda de sus amigos por un instante ante de volver a reírse.

Kurama entonces miró fijamente a Fudou, con aquel ojo negro que parecía ser capaz de ver a través del alma de la gente.

"A mí lo que sí me sorprende es que no te guste el profenador Kidou."

"¡Literal!" añadió Aoyama uniéndose a las risas.

"Kirino siempre estaba pegado a Shindou y de pronto lo ignora y sigue al Profenador Kidou a todas partes como un cachorrillo abandonado," observó Ichino con malicia.

Fudou se ruborizó, mierda, puede que ellos se estuvieran riendo y pasando un buen rato, pero aquello era una prueba más de que debía controlarse mejor.

Shindou por su parte se movió incómodo, por supuesto él hablaba a diario con Kirino de forma apropiada, su querido amigo y él intercambiaban un sin fin de mensajes a lo largo del día, especialmente en la noche. Aunque no podía decir algo así delante de Fudou si no quería exponerlo más de lo que ya lo había hecho, viendo la forma en que Ichino y Kurama se estaban burlando de él a pesar de la admiración de ambos por el jugador adulto, no tenía claro en haber hecho bien al decirles la verdad. Bueno, en confirmarles la verdad.

"Pero realmente el Profenador Kidou es muy guay," intervino Aoyama con destellos en los ojos que hizo que Ichino suspirara con resignación, Aoyama era un gran fan de Inazuma Japan y si fue incapaz de unir los dos cabos al ver a Fudou el sábado fue porque los nervios y la emoción no le dejaron darse cuenta de lo evidente. "No solo es un gran jugador de fútbol con su capacidad estratégica y de comando sino que es un hombre guapo, inteligente y con un gran sentido de la moda."