Capítulo 5:Más problemas.

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Sabían que ese día no podría ser normal.

Aunque teniendo a un niño entre ellos no lo hace normal. Frankenstein tuvo una mínima esperanza de que mejoraría ese día.

Los gritos afuera de su hogar solo confirmaba que nada iba a mejorar.

—¡¿Dónde está mi hermano?! —Y esa es su nuevo problema en la cual tiene que lidiar.

El pequeño sobresalto que sufrió su amo ante el repentino golpe de la puerta, lo hizo alarmar.

—¿Qué hace el aquí? —Preguntó a los demás al tenerlos de frente.

—Bu-bueno... digamos que nos encontramos al señor Rey...

—¡Te pregunte una cosa!

—¡¿Cómo te atreves...

—¡¡Gaahh!! —Y el silencio se volvio sepulcral, más que nada porque todos aún no se acostumbraban al hecho de que Raizel era un bebé, excepto Reynold quien parecía tener un colapso mental de ver a su pequeño gemelo sentado en aquel pequeño sofá.

El mismo sofá en el que lo vio por última vez en su "forma" normal.

Pero ahora solo era un ser que no podía mantenerse por sí solo como todo ser vivo.

—¿Co-comó.. pe-pero que demonios? —tuvo que mantener su autocontrol para evitar retroceder ante aquellas malas circunstancias. —¡¡Tú!! —Señaló al rubio quien mostraba su indiferencia ante la actitud agresiva del azabache. —¡Sabía que algún día le ibas a provocar algún daño a mi hermano!

—¡Haaff! —Exclamo el pequeño niño ante aquella acusación por su pareja, siendo ignorado por todos.

—Señor Reynold, me atrevo decir que.... —Intento defender M para gusto de Raizel al notar que era ignorado por todos.

—Callate. —Pero la terquedad de su gemelo no iba a ceder.

—Naanana —Volvió a intentar llamar su atención pero solo fue cargado por Seira para llevárselo lejos de aquel lugar.

—Quédate ahí. —Ordenó. Seira se quedo quieta a un solo paso de cruzar el umbral. —Quiero una maldita explicación. Ahora.

—Aun no la sabemos, estamos buscando una solución. —dijo entre dientes Frankenstein al tener que cruzar palabra con el pelinegro.

—Yo te veo muy tranquilo como para estar buscando una solución. —Su sarcasmo era evidente que hizo enojar no solamente a Frankentein.

—Al menos estamos buscando una. —el murmullo del peligris aumento la tensión en aquella sala.

—¿Qué dijiste?

—Dije que...

—Silencio M-21 —Calló rápidamente Frankenstein al ver el repentino acercamiento de Reynold hacia el  hombre lobo. —Verás Reynold. En estos momentos no quiero más problemas en especial si eres hermano de mi amo —Esto último lo dijo entre dientes. —Así que no interfieras.

—Incluso si no lo hiciera, tu patético intento de regresar a mi hermano a su estado normal so... —Calló abruptamente al ser golpeado por un anillo. —Qué demonios.

—Haggg —balbuceo lanzándo está vez su arete. Tratando de detener la pelea.

Lograndolo a medias al ver como esta vez era el centro de atención, incluso de Reynold quien lo mataba con la mirada al ser humillado de esa forma.

—Tú pequeña mierda. —Algunos se estremecieron al escuchar el pequeño chirrido de sus dientes al hablar.

—Reynold basta. —Pero fue ignorado al ver como se acercaba a su pareja.

Trato de detenerlo pero fue inútil al ser llevado al otro extremo con un empujón. Seira al tener aun a Raizel en sus brazos lo abrazo proctectoramente buscando sacarlo de ahí.

—Alto. —Le ordenó no solo a ella, poniendo a todos nervisos al ver como le arrebataba al Noblesse. —Bien pequeña alimaña. —Dijo llevándolo a la altura de sus ojos buscando contacto visual con el pequeño obteniendolo de inmediato notando el pequeño, casi inexistente brillo en sus ojos.

—Te dije que basta Reynold. —La voz de Frankenstein lo hizo voltear, notando aquella asquerosa aura suya.

—Me subestimas si crees que le haré daño. —Camino hacia el sillón donde anteriormente estaba Raizel. Y antes de que él rubio intentará moverse, sintió como era acorralado. —Verás Frankenstein, no me agrada ser subestimado pero tu haz colmado mi paciencia. La única razón por la cual no te he asesinado es porque este pequeño ser, —dijo levantando a Raizel por su pie, dejándolo de cabeza, a la altura de su cabeza dejando en claro su punto. —tiene alguna clase de estima hacia ti, lo cual es asqueroso tomando en cuenta quien eres, tu y todos estas pestes. —Señaló a todos los de atrás de él quienes buscaba liberarse de alguna manera. —Pero viendo a este pequeño ser, me doy cuenta que hasta ahora puedo hacer lo que yo quiera. —Sonrió con burla a la dirección del rubio el cual apretó su mandíbula ante sus palabras. —¿Y por qué no empezar contigo?

—¡Ni..

—¡Gahhh! —Exclamó golpeando a su gemelo en su mejilla aprovechado de seguir estando de cabeza. —¡Bababaff!

—Pero que demonios Raizel. —Lo llevo más cerca de su rostro tratando de asustarlo pero solo se ganó una patada en la parte superior de su cabeza con la pierna libre del menor. —¡Auch, como te atreves mocoso!

Y entre gritos y golpes, estos últimos por parte del menor, los gemelos tuvieron su discusión siendo observados por todos los amigos de Raizel.

Donde su incredulidad era parpable al ver como Reynold recibía una nueva cachetada por Raizel quien en ningún momento dejó de estar bocabajo. Frankenstein sintió como sus extremidades volvían estar a su control, no dudo en levantarse, siendo secundado por Takeo buscando alguna indicación del rubio el que solo asintió esperando que el francontirador entendiera. Siendo así al ver como este sacaba sus armas apuntando al Noble, siendo secundado por los demás al verse liberados poco a poco de la orden de Reynold.

Y antes de actuar, detuvieron sus movimientos la ver como el Noblesse abrazaba la cabeza de su gemelo como si quisiera detener cualquier acción siendo esta la realidad solo que ellos no trataban de decifrarla donde asumieron que se trataba de un juego de un niño.

—¡Raizel! —Pero no fue visto de la misma manera por parte se Reynold quien creía que su hermano intentaba revelarse ante su autoridad.

Siendo esta la forma correcta en la forma de actuar de Raizel.

—¡Bien mocoso, tu ganas! —Ganándose vencedor ante es pequeña disputa, solo requirieron babas y pequeños golpes de su parte. Soltando por fin a Reynold, al observar como todos dejaron de apuntarlo con sus armas, quien lo sentó en su regazo, uno frente al otro. —Pequeña mierda. —Mascullo entre dientes apretando sus regordetes mejillas para disgusto de Raizel. —Te atreves a revelarse ante tu hermano mayor.

<<Solo por minutos>> Pensó el menor pero no pudo decir nada sin soltar balbuceos.

—Gaaa —Intento safarse de su agarre siendo un fracaso.

—Es lo mínimo que te mereces, después de haberme bañado de tus babas. —dijo sin soltarlo, manteniendo su castigo por varios segundos más hasta que lo soltó. Observando como Raizel se frotaba sus mejillas— Bien, les ayudare a regresar a esta pequeña mierda a su forma normal. —Sentencio para tortura de todos a excepción del pequeño quien seguía con su tarea de curar sus mejillas a costa de pequeños masajes.

Raizel... ¿Es un bebé?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora