Raizel... ¿Es un bebé?

Capítulo 3: Sentimientos y agobio

Incluso si echaban de cabeza toda la casa, no encontraron ninguna pista o algún peligro que temer, todo se encontraba intacto, incluso el laboratorio del rubio quien se mostraba frustrado al no encontrar nada.

Y eso es lo que más temía, puede que ocurriese en su hogar, pero no se puede decir si la causa fuese haya ocurrido en el mismo sitio. Hay muchas probabilidades de que alguien haya provocado esto por medio de distintos lugares.

Dio un suspiro sin saber como sentirse en una situación como esta, el siempre hecho de que su pareja se haya vuelto en un infante solo le provocaba nauseas tal vez por el nerviosismo o el temor de que algo más pueda suceder. Si esto sucedió incluso si él estuvo a su lado, ¿qué más puede suceder estando el Noblesse en un estado muy vulnerable?

Acaban de terminar una guerra, una donde lo perdió por cierto tiempo, donde solo podía ver su cuerpo a través de una capsula de vidrio, la cual estaba en un cuarto oscuro y frio.

Cerro sus ojos recordando lo frio que se sentía la habitación, las noches que paso viendo su cuerpo dormido sin moverse de su lugar mientras que él lo observaba sentado buscando y analizando su regreso, pero no encontró nada, ninguna pista y ninguna explicación que le podría ayudar, así que actuó normal cuando su amo despertó, incluso cuando su lazo se haya roto.

El siempre hecho de que no estuvieran conectados de esa forma no significa que no fuera y haya sido su amo.

Dio un suspiro viendo nuevamente como las cámaras de su hogar eran inservibles a la hora que le había dicho Tao. Y era inútil buscar alguna pista o alguna ayuda de algo que no era visto o no estaba allí y tal vez nunca estuvo ahí.

—¿Jefe? —La voz de Tao lo saco de sus pensamientos, así de manera cansina lo volteo a ver. —Bueno... creo que tiene que ver esto. —Su nerviosismo fue algo que le llamo la atención, pero estaba lo suficientemente cansado como para cuestionarlo así que solo lo siguió cuando este le señalo la puerta.

De manera calmada pero alerta de igual manera, camino hacia la sala de estar como el había dejado a su pareja con los dos humanos modificados.

Y la escena que vio no se la esperaba. Raizel quien se mantenía con rostro neutro observando con suma atención a Seira cocer de manera lenta y precisa una de sus camisas siendo estas cortadas de manera recta y de forma pequeña para así formar una pequeña camisa de su tamaño.

Frankenstein no dijo nada, ni siquiera dio a comunicar su llegada ya que estaba hipnotizado, al igual que todos los demás, de la pequeña y diminuta forma del Noblesse quien de vez en cuando tocaba la pequeña tela en sus manos apretándola tal vez sin querer, o tal vez por mera curiosidad.

Pero el pequeño infante al sentir unos nuevos ojos observándolo, lo hizo ver a su alrededor inquieto como si buscara a alguien y eso todos lo notaron, y solo lo confirmaron cuando vieron como el rostro del pequeño se iluminaba al ver al mayordomo, soltando un pequeño balbuceo como si lo llamara, soltando la tela de sus pequeñas manos antes de querer o mejor dicho intentar acercarse al rubio siendo detenido por Takeo quien seguía sentado a su lado, así evitando una caída, ganándose un pequeño fruncido del Noblesse al ser detenido de manera abrupta.

El rubio sintió ganas de solar una risa al ver la expresión de pánico del peli morado al ser mirada de esa forma por parte del azabache, así que mejor se acercó, siendo por primera vez que lo sostenía en brazos ante toda esta situación.

Y sorprendiese al notar lo ligero que estaba incluso si estaba un poco regordete, y agradecía internamente que sus mentes no estuvieran conectadas porque sería vergonzoso que su pareja escuchara ese pensamiento.

Pero que al igual notara el pequeño pantalón blanco que llevaba puesto siendo que combinaban con las pequeñas calcetas que tenía puestas, dejándolo solamente con su pecho descubierto, eso hasta que la albina le extendió aquella prenda que anteriormente se encontraba cosiendo, y se dio un golpe mental al notar su negligencia por la falta de prendas que estaba su amo, literalmente esta desnudo en su hogar, la cual se sentía friolenta al no tener la calefacción prendida ya que el invierno se acercaba.

Incluso si se encontraba nervioso de cargar al infante, tomo las prensas y tomo en el lugar de Takeo quien se levanto para que pudiera cambiar cómodamente al azabache quien bostezo de manera inconsciente al por fin en sus brazos al rubio, y aunque quisiera seguir intentando darles señales del objecto que se cayo cuando estaba en su forma adulta, le fue inevitable no dejarse llevar por el sueño cuando sintió el calor del rubio.

Ignorando olímpicamente los demás de la habitación siendo Tao el único que le tomaba fotografías, mientras los demás se morían de ternura internamente incluyendo al rubio.

Quien trato de colocarle la pequeña camisa que le hizo Seira de manera improvisada con uno de sus uniformes.

Siendo escuchados por todos al soltar un pequeño balbuceo al dejar de sentir el calor del rubio quien lo volvió a abrazar una vez su tarea estuvo terminada, siendo observados por todos los de la casa.

—Bien... ya que no encontramos nada que nos pueda dar una respuesta ante la situación del Amo, lo mejor es que consigamos cosas para infantes —Empezó a hablar una vez sintió al infante quedarse dormido, teniendo que hablar en susurros para evitar despertarlo. Logrando un asentimiento por todos estando de acuerdo. —Eso hasta que encuentre la manera de volver a mi Maestro a su estado original, así que traten de conseguir lo necesario para un niño tal vez no más de 7 meses a 1 año de edad, así que consigan pañales, biberón, ropa. —Esta vez todos se voltearon a ver de manera confundida al no saber lo que necesita un niño y más si se tratase de Raizel.— Tao, necesito que te hagas cargo.

—Si jefe

—Seira, ¿Podrás cuidar a Rai?, estaré en mi laboratorio buscando alguna solución ante este suceso —Incluso si solo trataba de formular una pregunta sencilla, no pudo evitar explicar la razón para su falta de ausencia. Pero lo único que obtuvo fue un asentimiento.

Así empezado su búsqueda por encontrar la razón de ese raro acontecimiento sobre su amo.