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"¿Interrogatorio a Stu?"

Stu, Tatum, Sidney y Dewey estuvieron un largo rato en aquella pizzeria-arcade tan peculiar, platicando de cualquier cosa, era un buen rato sin duda, pero para Stu, para él una pequeña y curiosa pregunta rondaba en su cabeza, esa duda no lo dejaba disfrutar del momento o concentrarse del todo en la peculiar conversación que el grupo mantenía, ni siquiera sabía de qué estaban hablando gracias a la gran duda: "¿donde está Billy?".
Harto de eso comenzaba a elavorar un plan para alejarse de la ciudad, esa ciudad que lo recordaba tanto a su "amado", decidió proponer algo simple:

—¿Y si vamos a mi casa?, ahí podemos ver alguna película o quizá jugar algún juego de mesa.

Dudoso, el grupo se miraba entre ellos, las sospechas de Dewey se habían relajado y para Tatum ni siquiera se le pasaba por la cabeza volver a sospechar de su "novio".

—podemos invitar a Randy— insistió.

Ahí fue cuando asintieron, felices de tener ese tipo de actividades en grupo, actividades de tarde-noche "familiar".

—Quizá podemos hacer algo más que no sea un juego de mesa, le podemos decir a Randy que lleve alguna película buena o nueva.— Tatum miraba "disimuladamente" a Dewey, quien le contestó con una mirada desaprobatoria.

Stu se inclinó sobre la mesa con una gran sonrisa en su rostro por la curiosa interacción de los hermanos, algo evitaba Tatum; Stu se relambió los labios, curioso. Sidney, ella sólo estaba concentrada en su pieza de pizza para intentar disimular el descarado agarre que Tatum tenía bajo la mesa.

—Tatum, puedo jugar un simple juego de mesa, no es para tanto— en el tono de Dewey se escuchaba la decepción y en su rostro una pisca de molestia.

—Yeah, Tatum, deja al hombre jugar— Stu, siendo el provocador que es alentó a Dewey con un par de palmadas en su espalda.

—Sidney, apoyame— suplicó Tatum, divertida por el intento que hacía Sid para recomponerse disimuladamente.

—Sí, Tatum tiene razón— contestó con los ojos cerrados, cejas levantadas y cara sonrosada.

—tengo una idea: jugamos una partida y si me altero demasiado me sacan del juego, ¿estamos de acuerdo?

—en ese caso, ¡vamonos ya!.— Stu se levantó de golpe y dio suaves palmaditas a la mesa incentivando al resto a imitarlo, estaba listo para partir y divertirse un poco.

Llamaron a Randu, quien llegó primero que el mismo grupo a la casa de Stu. Ya estando en el lugar duraron, cuanto menos, medí hora escogiendo un juego de mesa hasta poder coincidir en uno: Scrable.

—¡Bola de inútiles!— gritó Dewey molesto al percatarse de que le taparon justo el lugar donde planeaba colocar sus letras.

—¡Dewey!— regañó Tatum— te vuelves a enojar así y te vas de la casa.

La habitación estaba llena de risas y carcajadas, se sentía la calidez en el ambiente rozando la familiaridad; Randy se acercaban por las espaldas de Sidney para averiguar cuál sería su siguiente jugada, exactamente como haria un hermano menos.

—¡Hey!, cabezotas, no seas un tramposo— indignado Stu jaló del brazo a Randy, así provocando su caída, igual como lo haria un hermano mayor.

—¡imbecil!, casi me desnucas— Randy apunto hacia la mesa donde el tablero se encontraba y su cabeza casi golpeaba.

Profunda necesidad [Stuilly]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora