⋆Second nine⋆

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Mordí mi labio inferior y me reté a mí misma por tener esos pensamientos en este momento. Sacudí un poco mi cabeza y logré despejarla un poco. Regresé mi mirada hacia el probador, estaba en la punta de los pies, se giró hacia la puerta y una vez más giro dándole la espalda a la puerta. La cerradura giró y rápido desvié mi mirada hacia el techo. Estúpido, lo sé. Escuche su suave risa, volteé y vi que solo su cabeza salía del probador.

-De qué te ríes?- pregunté curiosa.

-¿Y tú que miras en el techo?- volvió a reir.

-Ven, necesito que me ayudes- mis ojos se abrieron a tope, pero traté de disimular.

-¿Y-Yo?- indagué y me miró con reproche.

-Si no quieres llamo a alguien más- la miré seria y dejé todas las bolsas en el piso. Me paré frente a ella, bueno, frente su cabeza, era lo único que podía ver.

-¿Con qué te ayudo?- pregunté y se hizo a un lado.

-Entra- dijo pero me quede paralizada, no era buena idea que me dejara entrar -¡Samy, me van a ver!- oh no, eso no. Entré al pequeño cubículo y cerré la puerta -Súbeme el cierre- me dio la espalda, dejándome ver el cierre que venía desde la parte baja de su espalda. Subí en contra de mi voluntad lentamente el cierre. Rápido se dio media vuelta para verse en el espejo. Se veía con detenimiento, no parecía convencida. ¡Y como no iba a estarlo! Era un vestido negro.

-Se te ve hermoso- di un beso en su hombro, en realidad se le veía perfecto.

-¿De verdad?- preguntó insegura -El color no me convence- lo sabía.

-Sí, de verdad- sonrió -Pero no lo llevarás.- Su sonrisa se esfumó y una mueca de incomprensión se formó.

-¿Por qué no?- nos mirábamos por el espejo.

-No saldrás a la calle con eso- la abracé, no quería que se enojara y empezáramos una discusión -Es muy corto- carcajeó y quitó mis brazos.

-Samantha, no está corto- al menos no había gritado.

-¡Oh, si lo está!- me crucé de brazos y ella lo hizo también. Ninguna pensaba ceder. Ella aseguraba que lo llevaría y yo aseguraba que no lo haría.

-Yo no te digo que puedes usar y que no- replicó molestándose un poco, había que reconocerlo ambas estábamos haciendo un gran esfuerzo por no gritarnos.

-Perfecto- le guiñe un ojo -De todos modos no lo llevarás- me di la media vuelta y escuché como gruñía, no tardaba en explotar.

-No, espera- su tono de voz cedió. La verdad yo no tenía planeado entrar y discutir -Baja el cierre- lo bajé, al parecer esta vez yo había resultado victoriosa. Me acerqué para besar su cuello pero se hizo a un lado

"¡Mierda!" grité por dentro. Como si ella fuera a dejarme ganar.

-Gracias, ya puedes salir- dijo cortantemente.

Salí y me senté donde estaba anteriormente, Esta mujer simplemente no sabía dar su brazo a torcer. Salió del vestidor con una mirada seria y un montón de ropa en su brazo derecho, me puse rápido de pie y la abordé quitándole todo de las manos para que no cargara, no me convenía tenerla de enemiga. Aun cargado de bolsas y ropa quise tomar su mano pero se hizo a un lado. Bien hecho Samantha..

Pov. Abril.

Me paré frente a la caja junto con Samantha quien dejó todas las cosas en el mostrador.

-¿Tarjeta o Efectivo?- preguntó la castaña tras el mostrador.

-Efectivo.

-Tarjeta- corregi a Samantha, todas las demás compras ella las había pagado en contra de mi voluntad. Era mi novia, no mi esposa. No tenía por qué mantenerme ni siquiera aunque fuera mi esposa. Me miró desaprobatoriamente, la ignoré y entregué mi tarjeta. -Ese no lo llevaré- le dije antes de que marcara el vestido negro.

-Es muy lindo, ¿No te gustó?-

-Sí es lindo- sonreí forzadamente -Pero no me convence.- siguió marcando las cosas y guardándolas en bolsas.

-Gracias por su compra- dijo con una gran sonrisa mientras me entregaba todas las bolsas.

-¿Te ayudo?- habló Samantha para ayudarme con las bolsas, pero me negué.

-Vamos Abril- alargó -No seas chiflada- la miré fulminantemente, estaba más que enojada. Pero estaba haciendo un enorme esfuerzo para no gritar -Elige otro vestido, el que quieras- se acercó a mí -No estés enojada- dio un rápido beso en mis labios. Miré hacia abajo.

Pov. Samantha.

Levanto su mirada un poco más risueña -Me vuelve loca tu sonrisa- la alagué y una pequeña sonrisa comenzaba a asomarse. Como pude la abracé ya que era algo dificil hacerlo con tantas bolsas. Pasó sus brazos por mi espalda abrazándome también antes de unir nuestros labios. Al parecer había sido más fácil de lo que pensaba.

-Y si mejor yo escojo algo para ti..- ese tono de voz, esa mirada. Mi novia era una manipuladora de primera.

-No lo creo- le dije divertida mientras trataba de besarla de nuevo pero mne empujó.

-Entonces vámonos ya- nuevamente cambió su tono a uno más duro.

-¡Abril!- la tome de la mano.

-Suéltame.

-¿Estarás así todo el día?- pregunté con fastidio. Sabía que quería estar con ella y utilizaba eso para aprovecharse de mí.

-A menos que me dejes comprar el vestido o algo para ti- su tono de 'convencimiento' volvió.

Pensé con detenimiento las opciones que me daba, si le compraba el vestido todas las idiotas y los imbéciles del campus lo disfrutarían y no sería divertido tener que golpear a cada uno de los que tuvieran la valentía de mirarla. La segunda opción ¿Qué podría comprar para mí? ¿Una camisa? Sin duda esa era la mejor, si no me gustaba simplemente la desaparecía. Era más fácil, ya que ella no me perdonaría que dañara algo de su armario.

-Está bien, elige algo para mí- una perversa sonrisa se apoderó de su rostro.

𝙈𝙚, 𝙢𝙮 𝙨𝙚𝙡𝙛 𝙖𝙣𝙙 𝙝𝙚𝙧   ⛧Rivari⛧ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora