⋆Second nineteen⋆

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-¿Me vas a contar que te pasa?- preguntó abriéndome la puerta del auto.

-No, Denisse- rodó los ojos y subi al auto -Solo vámonos ya por favor.

-Como tú digas- sonrió y rápidamente rodeo el auto para subir del lado del piloto.

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-¿Y Rivera?- preguntó rompiendo el silencio. Una lágrima se deslizó por mi mejilla pero rápidamente la limpié.

-Te agradecería que dejaras de hacerme preguntas- dije sin siquiera voltear a verla. Seguía con mi mirada hacia la ventana.

-Lo siento, solo que no te ves bien y el auto de ella estaba afuera ¿Se pelearon?- rodé los ojos.

Estaba por decirle que me bajara ahí cuando mi celular vibró. La pantalla indicaba que era Samantha quien lamaba. Incliné la cabeza haciendo que mi cabello cubriera mi rostro ya que no podía resistir más y las lágrimas tomaban sus propias decisiones. Me debatía en desviar la llamada o solo no responder. Me decidí, solo no respondería. Guardé de nuevo el celular en mi bolso y disimuladamente limpie las lágrimas de mi rostro.

-¿Que ha sido tan malo para que derrames lagrimas por ella?- volteé a verla sorprendida.

No esperaba que se diera cuenta.

-Te conozco muy bien ¿recuerdas?- tomó mi mano y la solté dándome mi espacio, acción que agradecí inmensamente.

-No tiene importancia- susurré y una vez más regrese mi mirada hacia la ventana.

Afortunadamente no preguntó más y tampoco el celular vibro más.

-Aquí- le dije señalando.

-¿Qué?- dijo sorprendida.

-Que aquí está bien, aquí déjame- aclaré. Ya que podía ser malinterpretada.

-No te dejare en este hotel de cuarta- dijo con repulsión. De hecho yo no estaba muy contenta pero digamos que no traía el efectivo suficiente para uno mejor y no traía mi cartera.

-No te estoy preguntando si me dejas quedarme o no...

-No sé qué mierda te hizo Rivera, pero yo no te pienso dejar aquí- me interrumpió y continúo conduciendo. -Tú casa o la de Samantha- ¡Pero qué magnificas opciones!

-Regresa al hotel- dije cruzándome de brazos -No iré a ninguno de esos dos lugares.

-¿Entonces?- exhalo con fastidio -Ni pienses que te dejaré en uno de esos lugares- se refería al hotel, no respondí. -Bien ¿no elegirás alguno?- negué con la cabeza.

-Perfecto- rodé los ojos y volví a mirar el
camino.

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-Gracias por nada, Micaela- dije cerrando con fuerza la puerta del auto, odiaba que hiciera eso.

-Aún sigo detestando que hagas eso- dijo como si leyera mentes.

-Da lo mismo- acomodé mi vestido antes de comenzar a caminar por la calle.

-¿A dónde crees que vas?-preguntó retóricamente.

-No voy a quedarme en tu casa, iré a buscar un hotel- seguí caminando y un fuerte viento me hizo temblar y enmaraño mi cabello. Maldije con ganas de tirarme al piso y lorar hasta quedar seca.

-No seas ridícula y entra ya- me giré y la vi caminando hacia la puerta. ¿Qué más haría? No tenía a donde ir... una vez más. Tal vez no había sido del todo bueno vivir con Samantha.

𝙈𝙚, 𝙢𝙮 𝙨𝙚𝙡𝙛 𝙖𝙣𝙙 𝙝𝙚𝙧   ⛧Rivari⛧ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora