180° ✧ JIKOOK.

04.

Día 8.

Saliendo de Incheon se encontró con una casita tradicional donde algunas personas estaban haciendo fila para entrar. Cuando leyó el cartel que anunciaba ser una casa de cambio de comida o agua por arroz se detuvo y se puso a pensar si lo que llevaba era suficiente para un viaje largo sin poder reabastecerse y, mirando las reservas de arroz que tenía, decidió que lo mejor era que sobrara a que le faltara, así que se acercó. Mantuvo su bicicleta a su lado mientras la fila avanzaba y la gente con cosas lujosas y costosas salían con caras largas. Un señor estaba cambiando un besugo por una bolsa diminuta de arroz crudo. Suspiró, pensando en que ojalá la señora que estaba cambiando alimentos por arroz no lo quisiera tumbar. 

—Hola ¿qué me ofreces? —preguntó, directo al grano.

—¿Por un litro de agua cuánto de arroz das? —dijo Jungkook, intentando que su cara joven no se viera ingenua. 

—Una libra —dijo la señora después de observarlo un momento. 

—Deme tres libras entonces —decidió después de pensarlo un poco. Se fijó en la cantidad que pesó la señora, entornando los ojos cuando la vio presionar la balanza con la mano "disimuladamente"—. Si sigue haciendo peso con su mano le voy a dar dos litros de agua en vez de tres. 

La señora se congeló un momento antes de quitar la mano lentamente y agregar más arroz a la bolsa en la balanza, cuando le dio la bolsa no dijo nada, pero lo miró de forma severa. Jungkook le sonrió mientras sacaba de su canasta tres botellas de un litro. 

—Un gusto hacer negocios con usted —le dijo amablemente, guardó la bolsa en su bolso y le dio la vuelta a la bicicleta para salir de la casa. 

Las próximas horas de la mañana tuvo problemas para encontrar la ruta que lo sacaría a la carretera principal para llegar a Yongin. Jungkook siempre fue malo para orientarse, más usando un mapa. Muchas veces se encontró con caminos cerrados por construcción y carretera que se abrían en varias opciones donde Jungkook no sabía exactamente qué hacer. Al mediodía, cuando el sol estaba en todo su esplendor y el doncel estaba agotado, encontró un puente que se alzaba sobre la carretera donde estaba. Decidió buscar el camino para subirse allí arriba y descubrió que tenía un peaje para pasar al otro lado, lo cual era muy buena señal. Había encontrado la carretera para salir de Incheon. 

Por suerte, ya no había nadie cobrando el peaje y Jungkook pudo pasar sin problemas. Estuvo pedaleando un buen rato hasta que se encontró con dos caminos. Casi se pone a llorar del alivio cuando vio los dos carteles verdes arriba que decían Seúl para la izquierda y Yongin para la derecha. 

—¡Sí! —exclamó, alzando los brazos. Era una pequeña victoria, tenía que celebrarla. 

Tomó un respiro antes de que empezar a pedalear de nuevo hacia la derecha. Mantuvo un ritmo calmado porque tampoco quería cansarse tan rápido y por ende tomar más agua. Debía hacer que todo le durara lo máximo posible. Después de largo rato pedaleando (Jungkook no era bueno midiendo tiempo), se encontró con la vía principal infestada de personas caminando y en bicicleta con el mismo objetivo que él, encontrar un lugar donde poder pasar aquel apocalipsis de no-electricidad. Rodeado de personas que seguían el mismo camino, Jungkook no se sintió tan solo. Se entretuvo pedaleando lento y observando a las personas. Le impresionaba que muchas iban a pie con maletas y bolsos, otros iban con niños en incluso bebés en coches (Jungkook no se quería imaginar tener que cuidar y sustentar niños y bebés)

Más adelante se encontró con un museo enorme donde varias personas se estaban quedando. El lugar tenía un aura bastante deprimente con el montón de familias y personas que se encontraban sentadas en los alrededores y las bolsas de basura amontadas en grandes pilas o regadas por ahí, como un sitio lleno de mendigos, pero en eso se habían convertido la civilización, teniendo que salir de sus casas, buscando donde estar con comida y agua para sobrevivir durante la reciente crisis.